Desde su lanzamiento en 2007 ha sido el líder indiscutible del segmento C-SUV, además del gran impulsor de esta categoría que hoy reina en el universo automovilístico. Hay que reconocer que la llegada del Nissan Qashqai supuso una auténtica revolución en el mercado, cosechando desde entonces un tremendo éxito cuantificado en las más de cinco millones de unidades vendidas hasta ahora en todo el mundo. El paso del tiempo ha propiciado la irrupción de un cuantioso número de rivales, a los que ahora se enfrentará con las armas más modernas y renovadas que esgrime una tercera generación decidida a conservar su trono.
Esta nueva entrega del rey de los SUV estará disponible en España este próximo verano. A la vista de su aspecto exterior, podríamos decir que sigue una línea continuista, pero lo cierto es que se trata de un vehículo totalmente nuevo, incluso en su estética. Las novedades más notables las encontramos en el frontal, donde la parrilla en forma de V cobra un mayor protagonismo y los faros lucen mucho más estrechos y afilados, por supuesto con tecnología LED, para darle al coche un toque moderno.
Los grupos ópticos posteriores también son más estilizados, lo que unido a la línea más descendente en la zaga y detalles como el spoiler de la parte alta del portón le otorgan a este nuevo Qashqai un aspecto más dinámico.
Se trata, en otro orden de cosas, del primer modelo que emplea en Europa la plataforma CMF-C de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, lo que, entre otras ventajas, supone el empleo en su construcción de materiales ligeros, como es el caso del aluminio en las puertas, el capó o las aletas delanteras, así como de materiales compuestos en la fabricación del portón trasero.
Una dieta de adelgazamiento que le permite ser 60 kilos más ligero que su predecesor y sin perder rigidez; es más, la utilización de aceros de ultra alta resistencia en su estructura ha contribuido a que sea un 41% más rígido y resistente.
Lo que no se altera en sustancia son sus proporciones. Crece ligeramente hasta los 4,42 metros, pero un mejor aprovechamiento del espacio interior propicia que su habitáculo sea más amplio. También mejora su capacidad de maletero, que suma 70 litros para un total de 504. Se anuncia, asimismo, una mayor calidad de acabado con materiales más exclusivos, y sobre todo un importante salto tecnológico, poniéndose en este apartado entre los mejores de su segmento.
En función del nivel de acabado se dispone de dos tipos de instrumentación, una clásica con indicadores de aguja de 7 pulgadas y otra basada en una pantalla digital de 12,3 pulgadas con mucha información, que se puede complementar con un sistema head-up display de 10,8 pulgadas. El centro del salpicadero está presidido por una pantalla de hasta 9 pulgadas que aglutina muchas funciones, entre ellas las del sistema multimedia y de conectividad, compatible con Android Auto y Apple CarPlay y con acceso wifi para hasta siete dispositivos móviles.
Hay que reseñar también el sistema de reconocimiento de voz compatible con el asistente de Google y Amazon Alexa, así como la puesta a disposición de los usuarios de la aplicación NissanConnect Service, con la que se puede localizar el coche o abrir y cerrarlo de forma remota, además de ofrecernos información de diferentes parámetros del vehículo.
En definitiva, muchas opciones de equipamiento sobre la base de una dotación de serie muy completa, con detalles como la apertura y cierre del portón del maletero con sistema manos libres, y sobre todo, con un importante incremento de asistentes de seguridad y ayudas a la conducción, entre los que destaca el sistema ProPilot, con función de programador de velocidad activo que hace posible que el coche mantenga la distancia y velocidad con el que circula por delante; sistema de mantenimiento de carril, que actúa sobre la dirección y lo capacita para circular por algunas curvas; o el sistema de reconocimiento de señales de tráfico, que permite modificar la velocidad del vehículo. Entre todos acercan a este nuevo Qashqai a la conducción autónoma.
Dos tipos de electrificación
Nissan prescinde en este Qashqai de los motores diésel y se decanta por dos tipos de sistemas electrificados. El primero de ellos cuenta con el motor turbo de gasolina 1.3 DiG-T y con el sistema de hibridación ligera ALiS de 12 V, un conjunto híbrido disponible con dos niveles de potencia: 140 y 158 CV.
En ambos casos disponen de un pequeño motor eléctrico que hace las veces de motor de arranque, ayuda al motor de gasolina en las aceleraciones y también recupera energía eléctrica en las fases de desaceleración, que se almacena en una pequeña batería de iones de litio. Estas dos motorizaciones se ofrecen con caja de cambios manual y en el caso de la más potente también con la automática Xtronic CVT, versión para la que se reserva la tracción a las cuatro ruedas.
El segundo tipo de electrificación se denomina e-Power y tiene la particularidad de que las ruedas son movidas por un motor eléctrico de 190 CV, mientras que otro de gasolina de 1.5 litros y 157 CV hace las veces de generador encargándose de producir electricidad para recargar la batería, que curiosamente tiene una capacidad de tan solo 1,5 kWh, aunque también puede enviar energía directamente al motor eléctrico para aumentar su rendimiento en momentos puntuales.
Por lo tanto, el motor de gasolina está funcionando casi siempre, eso sí, en un rango óptimo de revoluciones que hace que su consumo medio sea de 5,3 l/100 km y sus emisiones de 122 g/km.
El Qashqai e-Power cuenta con tres modos de conducción: Normal, Eco y Sport, y como ocurre en el Leaf, utiliza el e-Pedal, que permite conducir el coche utilizando solamente el pedal del acelerador gracias a su capacidad de retención. Sobre el Nissan Qashqai e-Power, que llegará en 2022, hay que puntualizar que está considerado como un vehículo híbrido con etiqueta ECO de la DGT.