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Bosch facturó 78.465 millones de euros en 2018, un 2,2% más

Juan Roig Valor / Renningen (Alemania)

Mantener el crecimiento en una empresa de las dimensiones de Bosch no es sencillo, especialmente cuando se ha enfrentado a cambios contables que transformaron su forma de registrar las cifras entre los ejercicios 2017 y 2018. Así, el gigante de componentes de Stuttgart alcanzó el pasado año unos ingresos de 78.465 millones de euros; una vez actualizados, suponen un 2,2% más que los 76.800 millones del curso anterior. Si se tuvieran en cuenta los efectos de cambio de divisas, el porcentaje habría ascendido al 5%.

Archivo. Centro de I+D de Bosch en Renningen (Alemania).

El beneficio operativo (Ebit) se cerró en 5.502 millones, un 0,2% más, haciendo que aumentara también el margen en relación a las ventas, que llegó al 7%, 0,2 puntos porcentuales más de lo registrado en 2017. La inversión en I+D, uno de los pilares de Bosch, supuso 7.300 millones, un 9,3% de la facturación del grupo. Esto se tradujo a su vez en un beneficio tras impuestos de 3.574 millones de euros, un incremento del 8,5%.

Mobility Solutions, el área enfocada a automoción, sigue siendo la mayor fuente de ingresos para la compañía, con un incremento del 3,5% hasta los 47.600 millones, un 60,6% de la facturación. Por volumen, las siguientes divisiones fueron Bienes de Consumo, que cayó un 3,1% y registró 17.800 millones; Tecnología Industrial, con 7.400 millones (+8,8%) y Tecnología de Edificios y Energía, con 5.600 millones, un 2,4% más.

Regionalmente, Europa es todavía el mercado de mayor tamaño para Bosch, con ingresos de 41.400 millones (+3,3%). Asia-Pacífico queda en segundo lugar, estabilizando su posición con una facturación de 23.400 millones (+0,7%). Tras ellas se encuentra Norteamérica, con un ligero incremento del 2,7% (12.300 millones), y Sudamérica, que pierde unos 100 millones en comparación con el curso anterior, y cierra el ejercicio con 1.400 millones.

Para 2019, la empresa estima que la economía mundial crecerá al ritmo de un 2,3%, principalmente debido a las tensiones comerciales entre EEUU y China, al alto nivel de endeudamiento de los países europeos y a la bajada de producción automotriz del mundo. Aun así, el primer trimestre ha avanzado en línea con los ingresos del mismo periodo de 2018, lo que hace que Bosch calcule que superará ligeramente los resultados presentados en su centro de I+D en Renningen.

De camino a la descarbonización completa

Denner anunció que el fabricante de componentes será, a partir de 2020, la primera empresa industrial en conseguir la neutralidad de carbono. Para alcanzar este hito en sus 400 plantas de producción alrededor del planeta pretenden usar más energías renovables en su suministro, tanto propias como contratadas, mejorar la eficiencia de sus plantas y compensar aquellas que sean inevitables. En total, el ahorro supondrá que 3,3 millones de toneladas de CO2 sean liberadas a la atmósfera en 2020.

Un tercio de las emisiones de carbono son atribuibles a la producción industrial, según datos de la Agencia de Energía Internacional (IEA).

Además de las propias emisiones, Bosch está invirtiendo generosamente en movilidad limpia, exhibiendo en Renningen motores de hidrógeno, eléctricos y un propulsor diésel que emite 13 miligramos de NOx por kilómetro. Además, está implementando soluciones de inteligencia artificial para la gestión del tráfico en varios proyectos municipales, en un intento de evitar atascos.

Las soluciones de tratado de gases de escape y sensores supusieron ventas globales de 2.300 millones de euros, una cifra que esperan que alcance los 3.000 millones en 2025.

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