Laura Menéndez/ Madrid
Seat, el RACE y la ONCE han reunido a 60 invidentes para concederles el deseo de ponerse a los mandos de un vehículo en el circuito de Jarama. Ésta es la primera vez que un grupo de personas ciegas tiene la oportunidad disfrutar de la sensación de conducir, un sueño irrealizable si no se lleva a cabo en un entorno de total seguridad como es el trazado madrileño. El acto ha contado con la presencia de Mikel Palomera, director general de Seat España; Carmelo Sanz de Barros, presidente del RACE; y Miguel Carballeda, presidente de la ONCE.
Las pruebas se realizaron a bordo de una flota de Seat León equipados con la última tecnología en asistencia a la conducción: asistente de control de carril, control de velocidad adaptativo y el frenado de emergencia, entre otros sistemas. Todos los coches contaban con una caja de cambios automática DSG y un monitor como copiloto que les iba dando indicaciones para que girasen el volante utilizando las posiciones de las agujas del reloj.
«Estoy feliz», comentaba entusiasmada una de las participantes ciegas; «por fin he podido sentir lo que es conducir un coche. Pensaba que no lo iba a poder hacer en toda mi vida y me ha encantado. Ahora entiendo a la gente que le gusta ponerse al volante de un vehículo y a los que les apasiona la velocidad», sentenció.
Estos amantes de los retos se adaptaron al medio a la perfección llegando a alcanzar los 100 km/h en la recta del circuito y convirtiéndose en auténticos pilotos por un día.
Cambio de rol
En la siguiente parte del programa, los periodistas pudieron experimentar la misma sensación que los afiliados de la ONCE. Para ello, les cubrieron los ojos con una venda que impedía ver la pista y así ponerse en la situación de un invidente.
Con la única ayuda de las instrucciones del monitor y el sonido del motor, la incertidumbre crecía a medida que avanzaban por el circuito. Es curioso que quienes circulaban con mayor confianza eran los invidentes y para los periodistas, veteranos conductores, la prueba resultaba prácticamente imposible.