Renault sigue superándose en la mejora de la competitividad industrial en sus operaciones internacionales. Y lo acaba de demostrar con el lanzamiento del Kwid, el primer vehículo de la Alianza Renault-Nissan que equipa la nueva plataforma CMF-A. Concretamente, para este coche, que se lanzará primero en India y después en otros mercados de la zona, el fabricante galo ha invertido alrededor de 424 millones de euros (30.000 millones de rupias), lo que supone un 50% menos del dinero que se dedicaba anteriormente para el desarrollo de un nuevo vehículo.
La clave más importante para haber conseguido este recorte ha sido llevar "al extremo" la estrategia "exitosa" de Dacia de construir productos con un coste de producción bajo pero con un diseño atractivo, según explico, a la prensa española, el director delegado de Competitividad de Renault, Thierry Bolloré, en el transcurso de la presentación del automóvil.
El directivo también apuntó otros tres factores cruciales como ha sido, por un lado, haber "juntado lo mejor" en ingeniería de Renault, Nissan e India, consiguiendo una competitividad "muy elevada"; por otro, el haber emplazado el proyecto en ese país asiático (en la ciudad de Chennai), donde ya se cuenta con una planta en activo con una capacidad de montaje de cerca de 400.000 unidades anuales (actualmente, sólo se cubre algo más del 50% y en dos años el objetivo es alcanzar la saturación); y, finalmente, por contar con una cartera de proveedores nueva, que en un 98% trabaja desde India, lo que supone el mayor porcentaje existente en la industria de automoción mundial, tal y como reconoció el presidente de la marca francesa, Carlos Ghosn.
El lanzamiento del Kwid se hará entre septiembre y noviembre de este año en el mercado indio y después se comercializará en otros países de la zona. Más adelante, y siempre y cuando salga la ecuación del negocio, se podría comercializar en otros mercados emergentes, por ejemplo Brasil. Lo que sí está claro, a día de hoy, es que este urbano de cinco plazas no está previsto que se lance en Europa. De acuerdo con Ghosn, en tres o cuatro años el mercado determinará si conviene venderlo en el Viejo Continente, una decisión que obligaría a desviar también la producción a la zona, y aquí un destino industrial que tendría muchas posibilidades de adjudicarse el producto sería la factoría de Tánger (Marruecos).
Un proyecto de conquista
El nuevo vehículo, que ha sido desarrollado conjuntamente por equipos de Francia, Japón e India, tendrá un precio de entre 4.000 y 5.000 euros. El presidente de Renault indicó que se trata de un "coche de conquista", que entra a competir en un segmento que acapara el 25% de las ventas locales, es decir unas 750.000 unidades.
El objetivo comercial de la marca gala en India, a raíz de este lanzamiento y los que puedan venir en el futuro, es lograr una cuota del 5% frente al 1,5% actual, que se consigue, en su inmensa mayoría, por el Duster. Aparte de este todoterreno, se venden en el país asiático el Fluence, el Koléos, el Pulse, el Scala y el Lodgy.
El Kwid, con un largo de 3,68 metros y un ancho de 1,58 m, tiene un enfoque estético SUV, para convertirse en un modelo aspiracional. La marca apenas ha dado detalles del equipamiento, salvo que montará un propulsor de 800 cc eficiente, y que dispone de un sistema de navegación, radio y bluetooth con pantalla de siete pulgadas y un airbag como opción.
Ignacio Anasagasti / Chennai (India)