Pablo M. Ballesteros / Madrid
El control electrónico de estabilidad (ESP) es un dispositivo que evitaría 4.000 muertes al año en Europa si lo equiparan todos los vehículos, gracias a que impide el 80% de los accidentes por derrapaje, según un estudio de la Universidad de Colonia, al que han hecho referencia Anfac y Bosch en la presentación del “Barómetro de Seguridad Vial y Medio Ambiente”, realizado por ambas entidades.
Afortunadamente, en 2011 más del 91% de los vehículos que se vendieron en España tienen disponible el ESP, y se calcula que para 2013 el 100% de los automóviles que se vendan en España incorporarán de serie este sistema, un año de antes de lo que obliga la Unión Europea.
En la actualidad, el segmento de los utilitarios todavía es el que menos modelos lo incorporan, así el 19% de las matriculaciones de 2011 de este tipo de automóviles, no lo equipaba; así como un 10% de los todoterrenos, sólo un 4% de los compactos y medianos, mientras que el 100% de los vehículos de lujo o monovolúmenes sí que tenían ESP.
Sin embargo, el 91% de los vehículos de más de 10 años no tiene ESP, mientras que un 41% de los vehículos de menos de 10 años equipa este mecanismo, a pesar de que se patentó en 1995. Esta cifra es preocupante porque, según Anfac, con el ritmo actual de matriculaciones uno de cada dos coches superará esta antigüedad en 2014.
El ESP (Electronic Stability Program) frena de forma selectiva una de las cuatro ruedas del vehículo en situaciones de riesgo en las que se puede superar el límite de adherencia del neumático, mejorando la estabilidad durante la conducción.
El vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, y el presidente de Bosch en España y Portugal, Frank Seidel, han presentado este estudio que se publicará de forma mensual y que tendrá como protagonista un determinado elemento del coche que fomenta la reducción de emisiones y el aumento de la seguridad.