Alberto Gutiérrez Molinero/ Ingolstadt (Munich)
En 1981 Audi creo su primer coche de competición basado en la tecnología quattro, de tracción de las cuatro ruedas. Treinta y un años después, la marca alemana la recupera para crear el Audi R18 e-tron quattro, un híbrido diésel con el que esperan ser los primeros en ganar las 24 horas de Le Mans con un coche de estas características.
Se trata de una apuesta arriesgada, aunque tratándose de Audi, el nuevo coche se ha convertido inmediatamente en uno de los grandes favoritos a la victoria. De hecho, de las trece veces que la marca alemana ha participado en la prestigiosa carrera de resistencia, ha ganado en diez ocasiones.
La mayor innovación del nuevo Audi reside en su motor, un V6 TDI de 510 CV, que se combina con dos propulsores eléctricos situados en el eje delantero. Al frenar el coche, se activa un sistema que recupera la energía cinética generada gracias a dos volantes de inercia tradicional. Esa energía se activa en las ruedas delanteras cuando el coche acelera más de 120km/h, ofreciendo al motor diésel, que actúa sobre las traseras, una mayor potencia.
La carrocería se basa fundamentalmente en el modelo vencedor del año pasado, el R-18 Ultra, que centró sus esfuerzos en reducir al mínimo el peso del coche. Siguiendo esa línea, el nuevo híbrido ha conseguido reducir otros 100 kilos el peso con respecto al de 2011.
El Audi R18 e-tron quattro hará su estreno el 5 de mayo en la carrera de 6 horas de Spa-Francorchamps (Bélgica) y lucha por la victoria final en las 24 Horas de Le Mans el 16 y 17 de junio.
En la prestigiosa carrera francesa, Audi llevará cuatro coches, dos con tecnología híbrida y dos con la tecnología Ultra vencedora el año pasado. El equipo ganador en 2011, compuesto por Marcel Fässler (Suiza), André Lotterer (Alemania) y Benoît Treluyer (Francia) conducirá uno de los nuevos híbridos.