Volkswagen señaló el pasado 2 de febrero que ya no puede descartar el cierre de instalaciones en Alemania, mientras busca formas de ahorrar miles de millones de euros a su marca principal. Asimismo, la entidad indicó que podría implementar despidos forzosos, poniendo fin a un programa de seguridad laboral que excluía este tipo de ceses hasta 2029.
Esta mañana el director financiero, Arno Antlitz; y el CEO del consorcio, Oliver Blume, se han presentado en la sede de Wolfsburg para detallar los planes del fabricante en una asamblea con los trabajadores, a la que asistieron cerca de 16.000 participantes. Los directivos han sido recibidos con pancartas en contra de las medidas y fueron abucheados por los trabajadores al subirse al escenario —lo que retrasó las declaraciones de Antlitz—, según fuentes de Bloomberg. Días previos, la presidenta del comité de empresa, Daniela Cavallo, advirtió que las emociones estarían a flor de piel y que la gerencia estaría «muy incómoda» en el encuentro.
Sobran dos fábricas
Durante su intervención, han defendido sus medidas de considerar cierres de fábricas, argumentando que la caída en las ventas de la marca, de aproximadamente 500.000 automóviles, ha dejado a la entidad con aproximadamente dos plantas de más. Anlitz ha apelado a la responsabilidad conjunta del personal y la dirección para recortar el gasto si la marca quiere sobrevivir a la transición a los coches eléctricos. Además, ha añadido que no esperaba que las operaciones se recuperaran y que la insignia principal VW tenía «uno, quizás dos años» para recortar el gasto y ajustar su producción.
De hacerse reales estos planes, se tratarían de los primeros cierres de fábricas de la compañía en el país en 87 años, lo que prepararía a la entidad para un enfrentamiento con poderosos sindicatos, que ya han anunciado «fuertes vientos en contra» de esta situación. Por su parte, el director de distrito de IG Metall, Thorsten Gröger, ha criticado en un comunicado esta decisión: «La junta directiva presentó un plan irresponsable que sacude los cimientos de VW y amenaza enormemente puestos de trabajo y ubicaciones». Asimismo, ha agregado que se enfrentará «una resistencia decidida», y que no descartan los conflictos graves.
Problemas para reducir costes
La marca Volkswagen se está esforzando por cumplir su objetivo de reducir costes en 10.000 millones de euros, sin embargo se está encontrando con problemas como la reducción de las ventas y la falta de componentes. Según fuentes del periódico alemán Handelsblatt, actualmente, la firma se encuentra en 2.000-3.000 millones de euros por debajo de sus metas de ahorro de este año.
El pasado mes de diciembre, la compañía anunció los recortes de costes previstos con los que espera elevar la rentabilidad de las ventas hasta el 6,5% en 2026, frente al 2,3% de este año hasta la fecha. Entre las medidas para alcanzar ese objetivo se incluyen la reducción de los costes administrativos de su insignia homónima en una quinta parte; el ahorro de mil millones de euros para 2028 mediante la reducción de los ciclos de desarrollo de productos de 50 meses a tres años, de los tiempos de producción; y la eliminación de un nuevo centro de I+D previsto de 800 millones de euros en su ciudad natal de Wolfsburg.
Aunque la gerencia culpó de sus problemas financieros al empeoramiento del entorno económico en Alemania y a los nuevos competidores chinos que ingresaron al mercado, los representantes laborales señalan que la estrategia de producción del fabricante de automóviles era ineficiente y que los tomadores de decisiones habían sido demasiado lentos en invertir para producir un vehículo eléctrico para el mercado masivo.