A raíz de la presentación del informe estratégico que ayer publicó Aedive, La Tribuna de Automoción entrevista a su director general, Arturo Pérez de Lucia, para aclarar algunos aspectos incluidos en la hoja de ruta elaborada de la mano de beBartlet de cara a la legislatura que acaba de empezar. En ella, el directivo subraya la necesidad de trasladar mensajes positivos para derribar las resistencias en torno al vehículo eléctrico, a la vez que matiza que la reforma de las etiquetas de la DGT «no es una prioridad» para su asociación.
P.— El 70% de los vehículos, en la actualidad, duermen en la calle y no disponen, por tanto, de plaza de parking ni de punto de carga. ¿Qué hacen los usuarios que no tienen su propia infraestructura de recarga?
R.— Si el 70% de los vehículos no tienen plaza de parking eso significa que un 30% si lo tienen y teniendo en cuenta el parque actual, podemos estar hablando de más de nueve millones de vehículos.
Teniendo en cuenta que el objetivo del PNIEC a 2030 plantea 5,5 millones de vehículos eléctricos de toda tipología, más allá de las turismos, significa que tenemos un margen de maniobra más que suficiente para seguir impulsando la movilidad eléctrica, al tiempo que avanza el despliegue de puntos de carga públicos y la tecnología se va desarrollando para ofrecer cada vez más vehículos con un gran autonomía, que pueden permanecer varios días operativos sin necesidad de recargarse diariamente, con una experiencia de uso similar a los vehículos de combustión” señala.
P.—¿Por qué no se hace primero un despliegue potente de puntos de recarga públicos?
R.— Hoy tenemos un despliegue de carga pública bastante razonable, en relación al parque de vehículos eléctricos existente.
No podemos pensar que se desarrolle una infraestructura de recarga de alta tecnología, con una electrónica de potencia sofisticada, que precisa de mantenimientos predictivos y correctivos y de una atención las 24 horas del día, los siete días de la semana, a la espera de que vaya creciendo el parque de vehículos eléctricos, porque en el momento en el que esa infraestructura estuviera justificada, probablemente habría quedado obsoleta y el coste de instalación gestión y mantenimiento, con una usabilidad muy residual, supondría un coste para las empresas inasumible.
Hay que tener en cuenta que todavía estamos en un entorno de uso medio de la carga pública del 6%. La infraestructura de recarga pública tiene que ir creciendo algo por encima del parque de vehículos eléctricos, pero en paralelo a ese desarrollo.
P.— Varias asociaciones han pedido al Gobierno que se reforme el sistema de etiquetado de la DGT. Ustedes en la estrategia que han presentado señalan, como medida a adoptar en el largo plazo, la «revisión del actual etiquetado de la DGT […]. Se reservaría la etiqueta Cero sólo para aquellos vehículos que sean cero emisiones». ¿Es relevante para el crecimiento del coche 100% eléctrico?
R.— No es una prioridad. Los fabricantes y los consumidores necesitan estabilidad. Es una medida a largo plazo, porque tendrán que ir evolucionando otras tecnologías.
Lo que hemos incluido en el informe es una “propuesta de revisión” para que, cuando vayan surgiendo, la etiqueta Cero emisiones siga siendo para vehículos 0 emisiones en entorno urbano, esto es, eléctricos puros e híbridos enchufables, que en Aedive los concebimos como parte de la estrategia de electrificación y así los contempla también el Gobierno en los objetivos de 5,5 millones de matriculaciones del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima a 2030.
P.— ¿Y qué no es, entonces, para AEDIVE, cero emisiones?
R.— En el próximo lustro, es probable que aparezcan nuevas opciones ambientalmente más amigables que los combustibles fósiles pero es importante asegurar que no se cataloguen como “cero emisiones” otras opciones energéticas de propulsión que, realmente, no lo sean e impacten en la calidad del aire de las ciudades.
