El Grupo Volkswagen ha descartado a la planta de Seat Componentes de El Prat de Llobregat (Barcelona) para fabricar una nueva pieza a la que optaba vinculada con el proyecto de los small BEV, que se producirán, previsiblemente, a partir de 2026 en las factorías de Seat Martorell y VW Navarra, según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes conocedoras de la decisión.
Concretamente, se trata de una estructura de aluminio que recorre el chasis de los urbanos eléctricos y sobre la que se anclarán las baterías de los coches —se llama Batterierahmen—, suministradas por la gigafactoría de Powerco en Sagunto (Valencia). De acuerdo con las mismas fuentes, el consorcio germano ha desestimado la candidatura española por la elevada inversión que supondría asumir la actividad, teniendo en cuenta que el fabricante está inmerso en un proceso de reducción de costes.
En su lugar, ha elegido a las instalaciones alemanas de VW en Kassel, que están especializadas en sistemas de propulsión eléctricos, transmisiones, escapes y en piezas de conformado en caliente y otros componentes de fundición. Hasta hace poco, la dirección de Seat Componentes conservaba la esperanza de que esta nueva carga de trabajo pudiera recibir la luz verde más adelante, debido a que ningún proveedor externo se habría postulado ante la ecuación económica que se les habría presentado. Sin embargo, el proyecto se hará internamente en el centro teutón.
Cinco piezas aseguradas para el small BEV
Si bien es cierto que la planta de El Prat de Llobregat perdió inicialmente la adjudicación de la fabricación de los motores para los coches eléctricos españoles, como adelantó en primicia esta publicación en febrero de 2022, en una segunda fase consiguió hacerse con cinco componentes, como son el diferencial, mangueta, la unidad de control y el módulo de enfriamiento de las baterías y el aluminio exterior de los propulsores.
Las cuatro primeras se confirmaron con la firma del convenio colectivo de Seat 2022-2026 en julio del año pasado, mientras que en la quinta el ‘sí’ llegó a comienzos de diciembre de ese mismo ejercicio. Aparte de ellas, a los pocos días de lograr la última, el centro español no salió victorioso con la oferta para producir los palieres.
Con los encargos asignados, la compañía trasladó que servirían para dar trabajo más o menos al mismo número de empleados que se hubieran tenido que dedicar a los motores eléctricos, que los ganó la factoría de Audi de Györ, en Hungría.
La transformación de Seat Componentes, desde 2024
Los cinco proyectos adjudicados implicarían una inversión fuerte, y es que, como adelantó este periódico, para los seis componentes (incluyendo los palieres que se perdieron) la compañía habría calculado la necesidad de movilizar alrededor de 120 millones de euros.
Para industrializar la nueva carga de trabajo asociada al small BEV, la adaptación de Seat Componentes arrancará de manera clara el año que viene, más allá de que, recientemente, ya se haya trasladado alguna maquinaria. La transformación que se materializará con la implantación de nuevas líneas productivas se extenderá hasta 2025, cuando se espera que puedan salir las preseries.
Junto a estas actividades, a la dirección de la planta barcelonesa —ahora especializada en fabricar cajas de cambio manuales, con los modelos MQ200 y MQ281— se le ha atribuido encabezar la gestión de la futura nave de ensamblaje de celdas de baterías de Martorell, en la que se invertirán 300 millones de euros.
Oportunidades con la segunda plataforma eléctrica de Martorell
Considerando que los volúmenes de las transmisiones manuales que produce El Prat están a la baja ante la mayor penetración en el mercado de las automáticas —unido al interés del grupo en vender esta tipología por su mayor coste—, la empresa, como siempre, mantiene abiertos estudios para buscar nuevas oportunidades de negocio futuras.
En este sentido, el foco ahora está en ver qué elementos se podrían producir de la segunda plataforma de coche eléctrico (para modelos del segmento C) que se podría adjudicar Martorell. Lograr más encargos de este tipo será crucial para el desarrollo de la planta, puesto que su producción de cajas tiene fecha de caducidad, como tope hasta que se prohíban en la UE los coches que emitan CO2 a partir de 2035. Además, año a año, podría ir bajando la cadencia.
Por lo pronto, en 2023 se prevén montar unas 398.000 unidades, un 3,6% menos frente a las 412.836 de 2022. Sin embargo, de cara a 2024 se espera un crecimiento hasta las 440.000, según fuentes del sector. Sea como fuere, se trata de cifras mucho más reducidas que las registradas en el pasado. Por ejemplo, en 2018 se contabilizaron 690.158.
Respecto a la plantilla, en estos momentos cuenta con 754 empleados (501 de mano de obra directa y 253 de la denominada indirecta no vinculada a producción) después de que se haya pactado un traslado de 120 efectivos a Martorell ante el descenso de producción —desde el 30 de octubre se pasó de un ritmo diario de 2.000-2.100 transmisiones a 1.400— con una vigencia máxima hasta diciembre de 2026. No obstante, se prevé que puedan retornar al menos una parte importante de ellos a lo largo del primer semestre de 2024, al aumentar la cadencia hasta 1.800 unidades por jornada.
*Esta información ha sido actualizada a las 18:00 horas del 17 de noviembre confirmando que la planta de Kassel es la que se ha adjudicado la pieza a la que optaba Seat Componentes*