La dirección de Ford, representada por el vicepresidente de la marca en Europa, Kieran Cahill, y el CEO de la división de vehículos comerciales Ford Pro, Ted Cannis, han mantenido esta tarde una reunión en la planta de Almussafes (Valencia) con los máximos responsables del Comité de Empresa, de UGT, para abordar el futuro de la factoría y de las inversiones para implantar la plataforma eléctrica GE-2 ante la situación actual de incertidumbre entre la plantilla por los diversos retrasos en el proyecto y la falta de concreción.
Según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes de este sindicato, los directivos se han limitado a trasladar «buenas palabras» sobre los planes del fabricante para el centro productivo español, sin embargo, no han aportado suficientes garantías para materializar los acuerdos alcanzados para el montaje de coches cero emisiones. A su vez, han insistido, nuevamente, en que la matriz estadounidense «sigue evaluando todo y repensando su estrategia con el vehículo eléctrico en Europa», lo que está conduciendo a «un retraso» en el desarrollo de las actuaciones previstas.
«Están analizando todo, desde qué hacer en el mercado europeo hasta qué vehículos lanzar», sentencian fuentes sindicales a este medio, que indican que para proseguir con las conversaciones se han emplazado a otro encuentro a mediados de noviembre —probablemente, el 15— en la sede europea de Colonia (Alemania).
Negociación de un ERE y un ERTE en Ford Almussafes
Tras la ausencia de concreciones, UGT ha vuelto a advertir, en un comunicado, que solo estarán dispuestos a colaborar con la empresa para encontrar respuestas y soluciones pactadas ante la necesidad de paradas productivas en los próximos meses y el excedente de plantilla por la salida entre diciembre de 2023 y marzo de 2024 de la furgoneta Connect, siempre y cuando se confirmen una serie de garantías de futuro.
En este sentido, la central se abre a negociar un ERTE «a partir de enero» en caso de que la compañía asegure «una carga mínima de trabajo para mantener la plantilla, hasta la llegada de los vehículos eléctricos». Es decir, unos volúmenes razonables del SUV Kuga, el único modelo que se ensamblará a partir del segundo trimestre del año que viene.
De este modo, los paros y ajustes productivos que habrá en los dos últimos meses del curso se tendrán que acometer con jornadas industriales de 2025 y 2026 cuando se detenga la actividad totalmente o, si se trata de recortes parciales, como la supresión del turno de tarde del 2 al 10 de noviembre, con Ford teniendo que buscar ocupaciones para la plantilla, bien mantenimientos o formaciones cuando sea posible —algo imposible para todas las horas y los cerca de 1.000 operarios afectados, por ejemplo, el mes próximo—, y asumiendo el pago íntegro de los salarios sin que monten coches.
Por lo demás, contempla abordar un nuevo ERE —para 2023 se pactó uno sobre 1.124 empleados—, así como «las condiciones del tránsito» hacia la electrificación —las últimas proyecciones sitúan el inicio de actividad en 2027—, si el constructor se compromete «a firmar nuevas fechas de cumplimiento del Acuerdo por la Electrificación, tales como inversiones y lanzamientos de vehículos».