Cupra desde su lanzamiento en 2018 ha conseguido vender más de 400.000 unidades, un éxito que no para de crecer. Basta decir que en 2020 sus operaciones fueron de 2.600 y que en 2022 esa cifra ascendió a 13.500 entregas, un 54% más, pero aun mejor, en lo que llevamos de 2023 sus ventas sobrepasan las 14.250. El principal responsable de buen éxito es el Formetor, que ha logrado seducir a más de 9.000 usuarios, seguido del León con 4.343, cerrando el podio el Born, su utilitario cero emisiones y primer modelo con esta tecnología que acumula un total de 745. En Cupra son optimistas y con la llegada de nuevos modelos como el Tavascan, el Terramar o el Raval, confían en aumentar su cuota de mercado.
Para demostrar que sus coches, además de exhibir una imagen muy dinámica y un carácter muy deportivo, son también muy eficientes y parcos en consumo, la marca ha lanzado un reto muy interesante con la primera edición de la Cupra Born Challenge, una competición en la que participaron más de 120 periodistas especializados a los mandos del Cupra Born eBoost Pack & Battery Pack, un coche cero emisiones con 231 CV (170 kW) de potencia, con una batería con una capacidad de 77 kWh y con una autonomía homologada de 545 km y un consumo medio homologado de 15,8 kWh/100 km.
El reto era conseguir el menor consumo posible en un recorrido de 116 km por los alrededores de Madrid y en todo tipo de carreteras. Para que los datos obtenidos fueran lo más fiable posibles y que todos los participantes respetaran las normas establecidas, la prueba fue controlada por los organizadores de los Eco Rallyes puntuables para el Campeonato de España de Energías Alternativas.
Comienza la competición
A lo largo de diferentes días se fueron alternando al volante de 10 unidades del Cupra Born con las especificaciones seleccionadas por la marca, unos coches que iniciaron la prueba con un 80% de la capacidad de la batería, un porcentaje más que suficiente para afrontar los 116 km establecidos de recorrido y todos ellos con las mismas presiones de neumáticos.
El Reglamento particular de esta competición establecía además que los equipos estaban compuestos por dos integrantes y una parada obligatoria a mitad de recorrido para cambiar de conductor. Asimismo, había un tiempo máximo de dos horas para completar esos 116 km, por lo que había que marcar un buen ritmo y en los tramos de autovía para no comprometer la seguridad se tenía que circular, como mínimo, a 90 km/h.
Antes de iniciar la competición hay que tener en cuenta una serie de indicaciones para intentar reducir el consumo lo máximo posible. Hay que decir que en una conducción real es posible bajar el gasto energético sin aplicar algunas de ellas, pero como en este caso se trataba de una competición pues para quedar clasificados lo mejor posible era obligatorio aplicarlas al máximo.
La más extrema de todas es no conectar el climatizador y circular con las ventanillas subidas para mejorar la aerodinámica, un verdadero inconveniente al ser la temperatura ambiente de más de 30 grados el día de la prueba, por lo que tocó sudar un poco. También hay que desconectar todos los elementos que consuman electricidad y con el coche ya en marcha hay que elegir el modo de conducción más económico, en el Caso del Cupra Born se denomina Range y se impone la suavidad, intentar no superar el 30% del recorrido del acelerador y anticiparse a las condiciones del tráfico y de la carretera.
Más de 700 km de autonomía
Al final tras afrontar un recorrido con desniveles muy acusados en ocasiones, en los que fue fundamental aprovechar las bajadas para recuperar energía, el equipo vencedor consiguió un gasto de 12,32 kWh para cubrir el recorrido establecido, lo que supone un gasto medio de 10,62 kWh/100 km, muy lejano del homologado por la marca, que recordamos que es de 15,8 kWh/100 km. Un gasto que con la batería cargada al 100% permite realizar al volante de este urbano eléctrico 725 km.