El 14 de octubre se cumplió un mes desde que el sindicato UAW convocara la primera huelga simultánea de la historia ante las Big 3, que en un inicio se limitó a tres plantas. Desde entonces, y a falta de un acuerdo con las empresas, se han ido sumando factorías y centros de distribución, de manera que ya afecta a un total de 44 instalaciones en todo Estados Unidos. Asimismo, son 34.000 los trabajadores que han interrumpido sus funciones, a la espera de que se atiendan sus peticiones.
Hasta el momento, el presidente de UAW, Shawn Fain, actualizaba cada viernes la situación y anunciaba si iban a ampliarse las protestas, pero esto cambió al considerar que las de Detroit se estaban acomodando por su cadencia regular de actualizaciones y, desde el 13 de octubre, afirmó que se podrían anunciar nuevos altos en la actividad en cualquier instante.
Antes de esto, una de las últimas sedes en sumarse a los paros, el día 11 por la noche, fue la factoría de pick-up y todocaminos de Ford en Kentucky —con un total de 8.700 trabajadores—, un duro golpe para la firma, ya que se trata de una de sus líneas de ensamblaje de mayor tamaño y rentabilidad. Con este movimiento, la del óvalo se convirtió en la compañía más afectada por los paros, con 16.600 de sus empleados en huelga, mientras que GM tiene a 9.375 y Stellantis a 7.950. Los 190 restantes son asalariados de proveedores.
En opinión del profesor laboral de la Universidad de California en Berkeley, Harley Shaiken, el sindicato buscaría presionar a Ford porque tiene la mejor oferta sobre la mesa —un 26% de aumento salarial, por el momento—, de manera que, tras conseguir un trato, podría buscar que Stellantis y GM lo igualaran.
El argumento de UAW para justificar su decisión fue que Ford «se niega a hacer más movimientos en la negociación». En su defensa, el jefe de la unidad de vehículos de combustión de la compañía afirmó que el fabricante está «al límite» de lo que puede gastar en salarios y beneficios, según reportó Reuters. Además, aseguró que este constructor también está trabajando en una forma de incorporar a los trabajadores de las plantas de baterías al acuerdo UAW-Ford, una petición clave para el sindicato.
A su vez, el presidente ejecutivo, Bill Ford —bisnieto del fundador—, intervino para rogar el fin de la huelga antes de que perjudique aún más a la economía y paralice su capacidad para competir con enseñas como Tesla o Toyota. Por su parte, Fain replicó que los operarios de la firma de Musk y otros productores no sindicados «no son el enemigo, son los futuros miembros de UAW».
Consecuencias de la huelga de a UAW
Este parón ya ha sobrepasado en tiempo al anterior, de 2019, de GM —que alcanzó un pacto tentativo tras 31 días y disolvió sus piquetes nueve días después de ratificarlo, causando una caída del 6% en las ventas en el cuarto trimestre de ese año—, y su larga duración ha traído una serie consecuencias negativas para todos.
Por el lado de los trabajadores, han sufrido…
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