El director general de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo Escrig, asegura que el proyecto que han puesto en marcha del Museo Tecnológico de la Movilidad, bautizado como Mobility City y emplazado en el Pabellón Puente de Zaha Hadid en Zaragoza, además de su función de «llevar el conocimiento a la sociedad para que vea la evolución del automóvil y sus grandes avances medioambientales y tecnológicos», así como el futuro de las ciudades, va a jugar un papel determinante en la transformación del sector, al estar enfocado plenamente en apoyarle y «facilitarle todo cuanto sea posible».
En una entrevista con La Tribuna de Automoción en la sección Mesa y Mantel, el padre de esta iniciativa explica que, desde que empezasen a preparar su lanzamiento en 2018, ya han conseguido convertirse en «una referencia» como «punto de encuentro de debate», que «pretende unir» a empresas y organizaciones de distintas áreas de actividad para que «colaboren en sus investigaciones y trabajos, compartan ideas e inquietudes» y que todo ello «se traduzca en un plan de acción» que tenga un impacto positivo en el territorio, bien en Aragón o en el conjunto de España.
Ese rol de facilitador de Mobility City se ejerce a través del despliegue de una intensa programación, por un lado, de congresos y conferencias y, por otro, de encuentros empresariales, entre los que sobresalen los Innovation Days para impulsar el emprendimiento. Estos consisten en poner en contacto startups de movilidad con empresas para que les presenten sus innovaciones.
En la primera de las cuatros jornadas que ya han celebrado intervino Plug and Play, «la primera lanzadera de compañías emergentes a nivel mundial, y PayPal y Google», detalla Rodrigo, quien añade que desde esa cita inaugural han optado por enfocar más las temáticas, como se comprobó con una organizada junto a Iberdrola sobre fórmulas de recarga de vehículos eléctricos. En ella una entidad sevillana mostró un suelo solar para cargar coches pequeños. «El hecho de introducirse en ese tipo de foros les da pie a generar expectativas y, por lo tanto, inversión», puntualiza.
Pruebas de conducción autónoma
Otra actividad destacada es una cátedra con la Universidad de Zaragoza, que se plasma «en una o dos jornadas importantes al año» para analizar diferentes retos de la movilidad sostenible, especialmente sobre «los ámbitos de la conectividad y datos». «Hay socios que demandan ayuda para conseguir un objetivo y analizar un sector. También se han hecho apoyos a trabajos de fin de grado y de fin de máster… Una empresa tiene un reto, quiere profundizar en una investigación y le conectamos con un alumno», expone el director general de Fundación Ibercaja.
Asimismo, otro vector de ayuda es poner a disposición de compañías e institutos de investigación espacios para que puedan hacer pruebas de producto, como por ejemplo aquellas relacionadas con el vehículo autónomo. «Lo hablamos con algunas empresas que lo veían factible y entre ellas Cellnex [un operador de telecomunicaciones], que lo vio muy atractivo. Luego se lo expusimos al Gobierno de Aragón y les pusimos en contacto. Así que lo que hemos hecho ha sido apoyarles, porque se trata de una iniciativa interesante para la ciudad, para la región y el país», declara Rodrigo.
En el papel de servicio público de la institución no podía faltar la contribución con la educación para la empleabilidad, una de las responsabilidades sociales de Fundación Ibercaja. De este modo, esta entidad lleva a cabo en el Campus Ibercaja, situado en el Monasterio de Cogullada, «programas de formación de movilidad con compañías automovilísticas», entre los que destacan unos acordados con el Clúster del Automóvil de Aragón.
«La colaboración es intensa con todo el sector», resume el directivo sobre el grado de conexión que han alcanzado con el tejido empresarial con Mobility City. «El ejemplo paradigmático son los Premios Impulso que se entregan en el Día de la Movilidad, organizados conjuntamente por Fundación Ibercaja, Anfac, Sernauto y Faconauto, y que se han convertido en la referencia de la automoción», expone.
Los socios, los grandes protagonistas de Mobility City
El director general de la Fundación Ibercaja, al poco de acceder al cargo en octubre de 2017, inició los trabajos para hacer realidad el museo y darle, por fin, una funcionalidad al Pabellón Puente de Zaha Hadid de la Expo de Zaragoza de 2008, al que la entidad bancaria se había comprometido gestionar con el Gobierno de Aragón. Una idea que viene motivada por el amplio bagaje profesional de Rodrigo vinculado con el sector de automoción, y es que en 1989 fue el encargado de constituir en la caja de ahorros la división de leasing y de productos de financiación de activos empresariales, incorporando el renting de vehículos, que ha encabezado hasta su actual responsabilidad.
Con esa idea «pionera», en 2018 presentó el proyecto al Ejecutivo autonómico de la mano de «28 directivos de las compañías más importantes del automóvil y de sectores relacionados, y firmaron una declaración de apoyo». La apertura de puertas, no obstante, se hizo esperar más de los esperado, toda vez que «con la pandemia se paralizaron las obras», que se consiguieron culminar en octubre de 2022. Sin embargo, a pesar de no contar con las instalaciones listas para enseñar todo el contenido expositivo, Mobility City no se quedó quieto, priorizando «una actividad tremenda de cursos, conferencias, encuentros, premios; y, además, conseguimos traer a Zaragoza la Mesa Nacional de la Movilidad Sostenible», pilotada por el Ministerio de Industria.
Finalmente, la inauguración oficial fue el pasado 20 de febrero, con la presencia del rey Felipe VI, mientras que al público se le habilitó la entrada desde el 3 de marzo. El balance ha sido muy positivo, pues «en tres meses han pasado 100.000 visitantes». Además, el proyecto en estos años no ha hecho más que creer y ya suma «50 socios», que quieren «mostrar aquí sus avances tecnológicos para divulgarlos a la sociedad y ponerlos en relación con distintos agentes de sectores económicos».
Un espacio con cuatro áreas
La joya arquitectónica del Pabellón Puente sobre el río Ebro mide 260 metros y se divide en cuatro grandes áreas. La primera es una sala polivalente en la que se pueden celebrar todo tipo de convenciones empresariales, comerciales, académicas y sociales. En cuanto a la zona museística, se estructura en dos, una parte en la que se muestran clásicos y deportivos actuales que han marcado hitos en la historia de la automoción, junto a una segunda exposición que irá cambiando —actualmente, sobre Marte—; y una segunda destinada a experiencias para los visitantes con simuladores de conducción y gafas de realidad virtual. Finalmente, de paso libre, en el tallo central se reparten novedades de producto de socios o colaboradores.
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