La segunda edición del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) volverá a dejar sin incentivar proyectos vinculados con los coches híbridos casi con total seguridad, a pesar de las incesantes peticiones para que se incluyan realizadas durante los últimos meses por parte de diferentes actores, especialmente el Grupo Renault, según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes del sector.
La posibilidad de que esta tecnología, clave en la transición hacia la movilidad cero emisiones, fuese apoyada en el programa estatal la puso encima de la mesa el anterior secretario general de Industria y de la Pyme, Raül Blanco, quien, en una entrevista con esta publicación nueve días antes de que fuera cesado, comentó que el Ministerio iba a analizar la opción de «dedicar recursos nacionales dentro de la misma convocatoria» para sortear así el veto de la Unión Europea, bajo el principio Do no significant harm (no hacer daño significativo al medio ambiente), a conceder fondos públicos a otras mecánicas que no sean eléctricas puras.
No obstante, tras el cambio en la cúpula ministerial y la designación del nuevo responsable del área industrial, Francisco Blanco, este escenario habría quedado casi al 100% desechado, toda vez que ni siquiera ha sido objeto de estudio hasta la fecha, según fuentes del sector. Además, enfatizan las mismas voces, para que esta novedad en el plan se pudiese materializar sería necesario que el Gobierno aprobase una partida extraordinaria, teniendo en cuenta que no se incluyó en los Presupuestos Generales del Estado de 2023. «Es muy difícil que los híbridos puedan entrar», sentencian.
Condiciones para un mayor plazo de las inversiones en el Perte II
Al margen del punto anterior, uno de los elementos más relevantes para que la segunda convocatoria del Perte VEC sea un éxito es la ampliación del plazo para las inversiones empresariales más allá del límite original del 30 de junio de 2025, que impidió que entraran, por ejemplo, en la primera edición los proyectos de los dos coches eléctricos de Ford en Almussafes y los de las nuevas plataformas STLA de Stellantis en sus centros de Madrid, Vigo y Zaragoza.
Sobre ello, el nuevo secretario general de Industria confirmó a El País que la Comisión Europea había autorizado que los desembolsos se pudiesen desarrollar hasta 2028, en línea con el margen reclamado por Anfac. Sin embargo, esta concesión no sería tan directa, según ha podido saber La Tribuna de Automoción de fuentes del sector. Hasta ahora, Bruselas habría transmitido de manera verbal que siempre y cuando España cumpla con los hitos y los objetivos que están establecidos en su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia se podrían subvencionar iniciativas más allá del marco temporal fijado inicialmente para los fondos europeos.
Con la vía libre condicionada a extender el plazo, la intención del Ministerio de Industria, con el fin de no complicar las gestiones, sería la de lanzar una sola convocatoria, que dispondría de los 2.181,3 millones que sobraron del primer Perte. A priori, en estos momentos, se trabaja para que las el plan pueda estar listo para abril, según fuentes sectoriales.
En el nuevo programa, se apoyarían, por un lado, proyectos de cadena de valor como en la edición anterior y, por otro, individuales (aunque implican colaboraciones de diferentes empresas) que no tendrían que cubrir todos los bloques obligatorios de los primeros.
Toda esta estructura unificada que se baraja actualmente, no obstante, podría sufrir alteraciones, porque, como reconocen las mismas fuentes, «no está todo decidido y se sigue hablando internamente sobre la configuración del Perte».
La ventanilla de solicitudes, abierta lo mínimo imprescindible
Otro factor que habría que terminar de definir es el periodo en el que se podrían registrar expedientes en el programa. En diferentes intervenciones, Francisco Blanco ha señalado que se podría llevar hasta final de año, aunque esta posibilidad no encajaría con la voluntad del Ministerio encabezado por Reyes Maroto de completar la línea en 2023 con el máximo presupuesto posible.
En definitiva, la ventanilla, finalmente, podría estar abierta mucho menos del tiempo previsto, en línea con el lapso habitual que suele tener la mayoría de estas convocatorias de alrededor de un mes.
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