Un estudio de la consultora Ricardo Energy & Environment para Transport & Environment muestra que las grandes petroleras de Europa no están apostando en firme por el hidrógeno verde, pues invierten ocho veces más en el refinado de biocombustibles. Según el informe, estas empresas se están centrando en reducir su intensidad en carbono durante el tratamiento de estos carburantes, algo que para la organización medioambiental es «la opción fácil y no sostenible», en lugar de destinar esos esfuerzos a «desarrollar alternativas ecológicas para el transporte».
El sector tiene inversiones comprometidas en el área de los combustibles alternativos por valor de 39.000 millones de euros hasta 2030, de los cuales unos 3.000 irán para nuevas plantas de refinería. Así, la capacidad productiva del continente se doblará hasta las 10 megatoneladas, lo que cuatriplica la cifra que puede conseguirse de forma sostenible en la Unión Europea. Esto provocaría que se recurriera a productos residuales como grasas de animales de otros sectores o aceite de cocina importado, de dudosa procedencia.
Además, el análisis también muestra que el hidrógeno utilizado para el refino de petróleo es, en su mayoría, gris (de alto contenido en carbono), y las petroleras están destinando 6.500 millones a su variante azul (bajo en esta sustancia), el doble que en el verde (generado por renovables). «Promocionan el hidrógeno como su apuesta de futuro, pero en realidad sus inversiones en el verde son lamentables», concluye el responsable de Electricidad y Energía de T&E, Geert Decock.