Ford ha comunicado a su red que la fecha para la renovación del contrato será el año 2026, según han indicado fuentes del sector a La Tribuna de Automoción, por lo que deberían enviar el preaviso de cancelación a finales de 2023, aunque esta misiva se podría adelantar al próximo verano para ampliar el plazo de negociación de las nuevas condiciones y dar así más tranquilidad a los distribuidores.
Ahora falta por decidir si esta vinculación adquiere el modelo de agencia, que es la intención inicial de la compañía para sus vendedores en Europa, o da continuidad al de distribución selectiva, similar al que tienen en la actualidad, punto que no está descartado. Este, incluiría nuevas condiciones que se amolden a la implantación de la venta online, la cual solo está disponible en la actualidad con el Ford Mustang Mach-e y el Ford Explorer.
Según han señalado desde Ford España a su red, van a analizar resultados de la implantación de esta primera nueva modalidad en Países Bajos, que entrará en vigor como prueba piloto el próximo 1 de enero, para, una vez recaben toda la información, estudiar la posibilidad de extenderla a todo el territorio continental.
Soportar un stock de 4.000 vehículos
El contrato de agencia cambia por completo la forma de vender el vehículo y la posición del vendedor frente a la marca y el cliente. Con este formato, será el fabricante el que establezca los precios, soporte el stock y todos los riesgos financieros de la venta, y afronte todos los procesos que supone poner en la calle un automóvil como es la facturación, matriculación y gestión de financiación, mientras que los distribuidores quedarían como meros entregadores de coches, llevándose una comisión por cada unidad.
La consecuencia de esto, según han indicado a este medio fuentes del sector, sería la reducción de estructuras de personal de las concesiones, frente a un posible aumento de la plantilla de la central para acometer toda la gestión de documentación que hasta ahora realizan los propios comerciantes.
Además, tendrían que soportar un pasivo de «unos 120 millones de euros en vehículos, unos 4.000» (con un precio de unos 30.000 euros de media por modelo) entre los que están en las exposiciones, los de demostración y los que están por entregar, un montante que ahora recae sobre los vendedores.
Y, finalmente, tendrían que decretar el modo en el que se evalúan los coches que los clientes entregan como parte del pago en la compra de uno nuevo, así como dirimir quién se queda ese automóvil, si la matriz o el centro que gestiona su llegada, y cómo se incorporaría al mercado de VO.
Renovación que no afecta a la posventa
Esta renovación de contratos no afectaría a la parte de la posventa, que, en principio y salvo cambio de estándares, se mantendría como hasta ahora.
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