Bosch logró el pasado año una cifra de negocio de 78.700 millones (+10,1%), de los que 45.300 millones correspondieron a la automoción, la división más relevante de la compañía, lo que supuso un incremento del 7,9%. Con estas cifras, el margen Ebit, solo en este canal, pasó del signo negativo al 0,7% positivo tras un resultado operativo de 200 millones, algo que el vicepresidente ejecutivo de Finanzas y Administración, Markus Forschner, valoró como demasiado bajo para los deseos del conglomerado durante la presentación de los resultados económicos de 2021.
En cuanto al resultado operativo conjunto, se situó en 3.200 millones de euros, lo que representó un alza del 50%, y un margen Ebit del 4% o lo que es lo mismo, 1,2 puntos porcentuales por encima del visto en 2020, cuando quedó en 2,8%.
Por regiones, Europa concentró 41.300 millones de euros en ventas, lo que supuso un crecimiento del 8,9% respecto al curso anterior, aunque ajustando el tipo de cambio, significó un +10%. En cuanto a Norteamérica, llegaron a 11.400 millones, elevándose un 6,5% (+9,3%), en Sudamérica firmaron 1.400 millones con un +32% (+45,1%) y en Asia Pacífico, 24.500 millones con un +13,1% (+11,3%).
La empresa desgranó que, en la actualidad, cuenta con una plantilla total de 402.614 personas trabajando en todo el mundo, 7.600 más que el año pasado; de los que solo 131.000 están en Alemania, mientras que 76.121 están en labores de I+D. También dispone de proyectos con más de 76.000 entidades. El gigante destacó que invertirán 6.100 millones en Investigación y desarrollo en 2022, más que los 5.900 del pasado curso, con una mayor dotación en temas de electromovilidad y sistemas de asistencia al conductor. Respecto al gasto en capital humano, creció pasando de los 3.300 millones de euros a 3.900 millones.
Los ingresos crecieron un 5,2% en el primer trimestre de 2022
A esto suma que la evolución de la actividad en los últimos meses les permite ser ligeramente optimistas para este ejercicio, a pesar de los problemas que están mostrando los suministradores de algunos componentes y la inflación de las materias primas (refirió aumentos del 300% en el acero). En el primer trimestre, han logrado un aumento del 5,2% en sus ventas (un 4,8% en la división de movilidad, un 14,4% en la de industriales, un 11,7% en la hogar y un 1,7% en productos de consumo).
Pero no se quedan aquí, pues esperan alcanzar el +6% a final de año en el global de la actividad, algo que lograrían pese a que estiman que la economía mejorará un 3,5%, una cifra que han tenido que revisar desde el 4,25% que previeron al principio de 2022.
Otro guarismo que han tenido que reformular ha sido el de fabricación de coches, que consideraban que superaría los 88 millones este ejercicio, un +9%, pero que ahora creen que quedará muy por debajo, sin atreverse a dar un número, ante los problemas de producción de algunos componentes que aún arrastra la industria.
Apuesta por el hidrógeno
La firma germana se ve a sí misma como el principal proveedor de sistemas de propulsión eléctrica, según indicó el miembro del Consejo de Administración de Bosch y presidente del área empresarial Mobility Solutions, Markus Heyn. El directivo explicó que el siguiente paso es la pila de hidrógeno. Por ello, la compañía prevé invertir cerca de 500 millones de euros hasta final de la década.
Ya está inmersa en la producción del núcleo del conversor de hidrógeno en electricidad, que realiza la función de electrólisis, pero su apuesta es superior y planea lanzar sus primeros motores en 2025. Esta ofensiva no la hacen en balde. Sus estimaciones pasan por que en 2030 solo el mercado del hidrógeno mueva en torno a 14.000 millones anuales. Además, lanzará este año su primer motor para camiones basados en esta tecnología.
En su propósito con la pila de combustible han movilizado ya a unos 1.400 trabajadores y, para finales de curso, serán 2.300, todos promovidos a nivel interno. Y, Heyn adelantó que la compañía quiere contratar a otros 10.000 para desarrollar software.
A favor del ‘Green Deal’ europeo para la rebaja de emisiones
También se mostró a favor del Green Deal promovido por la Unión Europea y apoyado, entre otros, por Alemania, que se está traduciendo en un fuerte impulso de la electrificación del parque de vehículos. El ejecutivo consideró que la mejor manera se sumarse a esta causa es dando ejemplo, por lo que adujo que, desde 2020, la práctica totalidad de sus plantas son climáticamente neutras. Además, ya habrían logrado la tercera parte del ahorro energético que se habían propuesto hasta finales de la década.
Bosch «se ve a sí misma como el proveedor número uno de sistemas de propulsión eléctrica para la carretera», afirmó el responsable de Mobility Solutions, añadiendo que, para mejorar la tecnología, es clave la gestión térmica de la misma. En este sentido, precisó que, fruto de ello, se puede aumentar la autonomía de los coches hasta un 25%.
