El acuerdo alcanzado entre Nissan y los sindicatos, en junio de 2017, para reconvertir la fábrica de camiones de Nissan Ávila en un centro de recambios de chapa no estaba a prueba de pandemias mundiales. El coronavirus y los trámites burocráticos de la Administración son las causas que ha expuesto la multinacional nipona para explicar que todavía no esté en funcionamiento la nave de estampación, cuando estaba previsto que se inaugurara en abril de 2020, es decir, un año y siete meses antes de la fecha actual.
En principio, entre ese momento y 2024, el centro abulense viviría un proceso de transición con la mitad de la plantilla en ERTE y el otro 50% trabajando. Eso sí, el expediente firmado hasta diciembre de 2023, de un máximo de 720 días, complementa al 100% el salario de los trabajadores y no garantiza el paro de dos años. Sin embargo, ese decalaje entre los planes y la ejecución hacen muy difícil que en 2024 esté todo listo para acoger a todos los 450 empleados del centro abulense, por lo que se plantea un horizonte a 2026, como se recoge en el nuevo acuerdo de la Junta de Castilla y León y Nissan.
Este retraso ha provocado un nuevo enfado de la plantilla, que convocó un acto de protesta en la puerta de la antigua factoría de camiones el…
CONTENIDO EXCLUSIVO PARA SUSCRIPTORES
Accede al artículo completo adquiriendo la edición digital de La Tribuna de Automoción o suscríbete al periódico durante un año para tener acceso a todos los contenidos. Si ya eres suscriptor, utiliza tus claves para disfrutar de la mejor información del sector.