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Mejora estética y tecnológica

La versión actualizada del Grandland ya está disponible en los concesionarios españoles por un precio que parte de los 22.900 euros. El nuevo modelo de la marca alemana presenta un cambio muy sustancial en su estética, heredando el diseño frontal Opel Vizor estrenado por el Mokka e incidiendo en la digitalización dentro del habitáculo, si bien conserva su oferta mecánica, acompañando a las opciones diésel y gasolina de 130 CV con las híbridas enchufables de tracción delantera o total.

Visión exterior del nuevo Opel Grandland.

La firma alemana del grupo Stellantis presentó en junio el restyling del Grandland, un SUV con una estética muy renovada pero con las mismas dimensiones que su predecesor —4,48 metros de largo por 1,86 de ancho y 1,61 de alto—, que acaba de desembarcar en la red comercial de nuestro país. Como el anterior, se oferta con una opción diésel de 130 CV con cambio automático de ocho marchas y otra gasolina de la misma potencia con transmisión manual de seis velocidades o automática de ocho, mientras que, por la parte electrificada, se vuelven a ofertar las mismas versiones híbridas enchufables, con el distintivo Cero y dos niveles de potencia: el Hybrid de 224 CV con tracción delantera, y el Hybrid4 de 300 CV con empuje en ambos ejes.

Estas alternativas PHEV cuentan con una batería de iones de litio que cubren hasta 65 kilómetros en modo eléctrico. Fabricado y diseñado en la planta de Eisenach (Alemania), sigue los pasos del Mokka en su diseño frontal con la impronta del Opel Vizor, así como el característico pliegue de la marca que se extiende por el capó. En cuanto a la parte posterior, también queda patente el nuevo lenguaje de Rüsselsheim, con el logotipo del rayo encima del nombre del modelo en el centro del portón trasero. Para el equipaje, declara una capacidad del maletero de 514 litros, ampliables hasta 1.652 con los asientos de la segunda fila abatidos. En el caso de las variantes híbridas, estas cifras se reducen hasta los 390 y los 1.528 litros, respectivamente.

En su interior destaca ahora un puesto de conducción digitalizado con el Pure Panel, que combina, formando una sola unidad, una pantalla panorámica para la instrumentación, de siete o 12 pulgadas, con otra táctil a color para el sistema multimedia, con diagonales de las mismas dimensiones. Para conseguir la mayor comodidad y mejor postura al volante, equipa los conocidos asientos activos ergonómicos calefactables con certificado AGK, con una amplia variedad de ajustes.

Esta versión renovada del Grandland integra, por primera vez, unos faros con iluminación matricial adaptativa con 168 diodos, tecnología que hasta ahora solo incorporaba la joya de la corona de la compañía, el Opel Insignia. Asimismo, para garantizar la seguridad durante la conducción nocturna, este SUV estrena un sistema de seguridad basado en una cámara de infrarrojos con el que puede detectar personas y animales hasta una distancia de 100 metros.

Y es que el crossover estrella de la firma teutona se ha preparado a conciencia en cuanto a seguridad activa, pues, además, incluye los asistentes asociados al sistema Highway Integration Assist, que combina el control de velocidad activo y el sistema de mantenimiento de carril, que funcionan de forma simultánea para poder mantener de forma automática el ritmo de la marcha y la distancia suficiente con el vehículo que circula por delante, incluso en curvas abiertas, algo que le hace situarse en un nivel 2 de conducción autónoma.

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