El 50% de las ventas de Opel proviene de las dos fábricas que producen sus modelos en España, situadas en Vigo y en Figueruelas (Zaragoza). Estas, en concreto, están especializadas en tres modelos que son clave en la estrategia de la marca del rayo: los comerciales ligeros, con el Combo en la primera; y el segmento B, tanto turismo como SUV, con el Corsa y el Crossland-X en la segunda.
«La ventaja competitiva con la que cuenta España», afirmó el director general del fabricante para España y Portugal, Pedro Lazarino, «es que tanto Zaragoza como Vigo tienen varias generaciones del mismo modelo como experiencia y están enfocados en la calidad». Para ponerlo de manifiesto, brindaron cifras como la entrega de componentes para reparaciones, que en el caso de Figueruelas, supuso tan solo 16.400 por cada millón de ellas producidas.
Esta última fábrica lleva haciendo Corsa desde su primera generación, y, desde 1982 hasta 2020 acumula más de 5.000 millones de euros en inversión. Su presencia es de una vital importancia para el tejido productivo aragonés, ya que, tomando en cuenta los empleos indirectos, supone un 30% del empleo industrial de la región.
La mayor parte de los productos que salen de sus líneas de montaje están destinados a la exportación, el 94%, concretamente. Sus destinos principales son los mercados alemán (23%), británico (22%), italiano (13%) y francés (10%).
En Vigo ocurre algo similar: los mayores receptores del Opel Combo, el derivado de turismo que comparte plataforma con las Peugeot Rifter y Citroën Berlingo —cuyo código interno es K9—, son Reino Unido, con un 26%; Alemania, con un 19%; España, con un 8% y Turquía con un 6%. Desde su introducción en 2018, se han fabricado 169.000 unidades de este modelo.
Para 2021, la marca es consciente de que no alcanzará las cifras prepandemia, y Lazarino estimó que los descensos en volumen serán del 25% para turismos y del 15% para comerciales ligeros en comparación con los datos de 2019. Sin embargo, su objetivo es alcanzar el 5% de cuota entre ambos segmentos de cara a fin de año, cosa que podría ocurrir gracias a la reciente introducción del Mokka y de un renovado interés por parte de los compradores empresariales del Combo —solo el último mayo se hizo con el 13% de las ventas mensuales, la mayor cifra en la historia del modelo—.
Ofensiva de baterías
En sus presentaciones, los directores de las plantas de Vigo, Ignacio Bueno, y Figueruelas, Manuel Munárriz, mostraron también un nuevo filón para sus localizaciones: el ensamblaje de celdas de baterías. Para la primera, contaron con la inversión de siete millones de euros para la creación de un taller que da empleo a 120 personas para producir los acumuladores que irán destinados al Peugeot 2008 y a las versiones eléctricas de los modelos K9, que serán desveladas en el segundo semestre del año.
Según Bueno, el ritmo asciende a 12 unidades por hora, pero tienen previsto aumentarlo hasta las 20 para nutrir la demanda creciente del vehículo eléctrico. De la capacidad de ensamblaje de 80.000 unidades anuales actual, se pasaría al entorno de las 120.000.
La estrategia cero emisiones es fundamental para Opel, y Figueruelas fue la primera planta española en fabricar un modelo de este tipo, con el Corsa-e, a partir de 2020. Zaragoza cuenta también con su propio taller de celdas energéticas, que en este caso están destinadas al propio Corsa-e y al Citroën ë-C4 ensamblado en Madrid. Su potencial productivo es similar al actual de Vigo, con 80.000 unidades al año y 120 empleados.
