La marca premium Infiniti dejó de operar en Europa Occidental, y por ende en el mercado español, desde el pasado 31 de marzo, tal y como había anunciado la firma, propiedad de Nissan, un año antes como parte de un plan de reestructuración de su negocio internacional, con el que está centrando su actividad comercial fundamentalmente en Norteamérica y China.
La cancelación de la presencia en esta parte del continente europeo ha supuesto en cada uno de los países la elaboración y aprobación de respectivos protocolos para transferir toda la posventa a la red de concesionarios de Nissan. En el caso de España, según confirman a La Tribuna de Automoción fuentes del importador Bergé –se encargaba de la distribución nacional–, la gestión del parque existente de la marca en nuestro país, de alrededor de 8.500 coches, ya se ha repartido entre 18 concesiones de la firma madre, muchos de los cuales, como las pertenecientes a Quadis, Gamboa o Grupo Marcos, ya contaban dentro de sus estructuras con los denominados Centros Infiniti.
Los clientes del fabricante premium ya han sido informados de su nuevo punto de referencia en posventa, cada uno de los cuales ya ha recibido la formación pertinente para poder ofrecer el servicio con los mismos estándares de calidad. El traspaso de la clientela no supondrá cambio alguno en relación a las garantías y a los contratos de mantenimiento que están suscritos, sino que, en ambos casos, serán respetados.
Los 17 Centros Infiniti que estaban funcionando en España –solo uno, situado en la Avenida Concha Espina de Madrid cerró sus puertas el 1 de enero, mientras que el resto agotaron la apertura hasta el final– consiguieron liquidar todo su stock de vehículo nuevo y de ocasión, para lo cual se aplicaron a lo largo del último año importantes acciones promocionales, según las mismas fuentes.
La salida de España, en términos empresariales, supuso, primero, una negociación entre la matriz de Infiniti y el importador español para rescindir la relación contractual y fijar las indemnizaciones; y, posteriormente, entre Bergé y los distribuidores, un proceso este último que estaba cerrado casi en su totalidad a comienzos de septiembre de 2019 y que se zanjó de manera “amistosa y ejemplarizante”, dadas las buenas relaciones entre las partes, según las mismas fuentes.