Las escapadas de un par de días ya no son lo que eran. Hasta hace poco, era obligatorio buscar hotel, reservar restaurante para comer, e incluso mirar vuelos o trenes para economizar el viaje respecto al gasto de combustible. Sin embargo, la popularización de las furgonetas camperizadas ha abierto un nuevo paradigma, ofreciendo la oportunidad de salir el fin de semana hacia cualquier lugar sin preocuparse por el resto de factores.
Fruto de su creciente protagonismo, los datos de 2019 indican que, durante el año pasado, los vehículos de camping alcanzaron las 180 matriculaciones al mes, logrando una media de 25 al día. Y, dentro de la gama puesta a gusto del consumidor, Citroën se ha revelado como la marca con la oferta más completa de la categoría, gracias a tres modelos: la Berlingo, la Spacetourer y la Jumper.
Comenzando por la más pequeña, la Berlingo se ha convertido en la gran apuesta de la marca gala para este 2020. Está camperizada por la empresa oscense Tinkervan, y, dado su reducido tamaño respecto a sus hermanas mayores, trae “lo mínimo para poder escaparse”, según afirma Manuel García, su jefe de producto. Aunque también matiza que “nunca 4,75 metros habían dado tanto de sí”, pues incluye flexos led, puntos de carga tanto de USB como de 12 V, ducha, cama extraíble y calefacción funcional por encima incluso de los 1.500 metros de altura, gracias a la potencia de su batería auxiliar. Además, su zona delantera puede transformarse en un pequeño salón, debido a la funcionalidad e independencia de los asientos. En cuanto a las motorizaciones, puede escogerse entre un propulsor gasolina de 130CV y cambio automático EAT8, o tres diésel de 100 CV, 130 CV (ambas manual de seis velocidades) y 130 CV (con EAT8). Citroën pone encima de la mesa dos opciones a la hora de hacerse con ella: por un lado, es posible camperizar una Berlingo ya comprada, con un coste de 4.750 euros para las versiones de gasóleo y 5.250 para las gasolina (y el cliente debería esperar cuatro semanas); o también puede adquirirse ya adaptada por un precio que parte de los 26.490 euros con descuentos. Como extra, pueden añadirse un toldo exterior por 500 euros, o una nevera por 400.
La Spacetourer, por su parte, ya es veterana en este terreno. Fue presentada por la firma francesa con su versión de viaje en 2019, año en el que superó las 100 ventas. También está camperizada por Tinkervan, y, junto a sus dos camas (que pueden utilizarse de forma simultánea), los asientos giratorios y las ventanas con mosquiteras, se añade como novedad un techo elevable panorámico y un módulo de mobiliario extraíble con cocina de fuegos y refrigerador de bebidas. Únicamente se ofrece con motor diésel 120 CV con caja manual de seis relaciones, y tiene hasta tres niveles de acabado, cuyos precios para una transformación a posteriori ya empiezan a ser más elevados: modelo Sweet por 9.400 euros, Free por 10.900, y Soul por 15.000. Independientemente de la versión, todas ellas serían entregadas tras ocho semanas. En cuanto al coste total en concesionario, parte de los 39.450 euros.
Finalmente, la Jumper se retrata como “hermana mayor” de esta familia, y la diferencian de las dos furgonetas anteriormente nombradas que su tamaño y la cantidad de sus extras hacen imposible que la marca pueda gestionar su camperización. Por tanto, el sistema utilizado por Citroën es el de la venta a los grandes distribuidores del sector, para que ellos sean quienes ofrezcan directamente al cliente unas especificaciones a la carta, por lo que su rango de precios puede ir desde los 40.000 euros hasta casi los 120.000. El fabricante, sin embargo, sí tiene en cartera varios ejemplos de exposición, como una modificada por Clever (tasada en 45.750 euros), y otra por Pössl (cifrada en 47.250).