Dos años de trabajo y 35 reuniones de la Mesa Negociadora después, la Federación Vizcaína de Empresas del Metal y la plataforma sindical conjunta (CCOO, UGT y LAB) han llegado a un preacuerdo para la firma del nuevo Convenio Colectivo Provincial de la Industria Sidermetalúrgica, que tendrá vigencia entre este año 2019 que finaliza y 2021.
Además, han sido desconvocadas las huelgas que la plataforma emplazaba para los días 4, 5, 12, 13, 18 y 19 de diciembre, lo cual también ha servido a las organizaciones sindicales como medida de presión, ya que, finalmente, las modificaciones en la redacción del convenio acabaron siendo “suficientemente atractivas” como para no seguir adelante con las movilizaciones. “Merecía la pena”, según han confirmado las fuentes consultadas por La Tribuna de Automoción.
En cuanto a los puntos principales, destaca la subida de salarios para “recuperar el poder adquisitivo perdido desde el año 2012”, con una actualización a 31 de diciembre de 2018 de las tablas en base al IPC de 2018 más el 2,5% sin contabilizar los atrasos. Junto a esto, se ha pactado un incremento para 2019 del IPC del ejercicio anterior más el 1,75%, y para 2020 y 2021, el mismo sistema más el 1,5%.
La subrogación de los contratos también ha sido un tema de intenso debate, y se ha cerrado con la limitación tanto para el sector público como para el privado, aunque solo en los ámbitos de servicio y mantenimiento.
Se quedan en el tintero, según las mismas fuentes, puntos como la temporalidad y la contratación vía ETT, los cuales “no ha sido posible sacar adelante” por la estrategia de cesiones de cada una de las partes, pero aluden a que, con esto, “hay materia para continuar”, por lo que ya dejan la vista fijada en la negociación del convenio de cara a 2022.
El sindicato nacionalista ELA, que también formaba parte de la plataforma, renunció al pacto con la patronal debido a que lo acordado “no era suficiente”, por lo cual se desligó de las negociaciones aludiendo a que sus delegados se habían mostrado en contra del texto de forma unánime, mientras que tanto LAB como CCOO y UGT ratificaron el pacto con sus bases a favor.
Para la FVEM, la clave para lograr la firma de ambas partes ha estado en una cesión conjunta, gracias a una negociación final “que no ha sido punto por punto”, sino siguiendo líneas más amplias. Desde CCOO, valoran el nuevo convenio como “un logro de la movilización del conjunto de trabajadoras y trabajadores del sector”, mientras que UGT plantea que “no es exactamente lo que pretendíamos, pero es suficiente”.
