El presidente ejecutivo del Grupo PSA, Carlos Tavares, ha señalado que las fábricas españolas de Figueruelas, Vigo y Madrid deberían “copiar y pegar las mejores prácticas del grupo” en términos de competitividad industrial, entre ellas las que se desarrollan en las plantas de Mangualde (Portugal) y Kenitra (Marruecos), que destacan por una mayor eficiencia respecto a las instalaciones de nuestro país.
El directivo, que ha mantenido una mesa redonda con prensa coincidiendo con el acto de inauguración de la fabricación en serie del nuevo Opel Corsa, declaró que el foco no hay que ponerlo en hacer comparaciones entre centros de producción, sino en implantar en cada uno las dinámicas y formas de trabajar exitosas que permiten ganar en competitividad. “La gente no debe tener miedo de Mangualde. Si tienen que tener miedo, tienen que tenerlo de Marruecos, que es de lejos más eficiente“, sentenció.
Tavares ensalzó el trabajo de reducción de costes que están haciendo las plantas españolas, en el que “están progresando a un ritmo similar” y con el que también se están consiguiendo disminuir “los recursos que desperdicias”.
El presidente, preguntado sobre el futuro de Figueruelas, comentó que su evolución dependerá del contexto global, pero fundamentalmente del europeo, concretamente de cómo los gobiernos manejen las transición energética hacia la descarbonización. “El futuro de la industria de automoción depende del pragmatismo o dogmatismo de la UE; si nos llevan por el lado dogmático, algunas cosas malas van a suceder y si vamos por el pragmático, encontraremos el camino”, expuso, dejando, además, claro que, en el caso de que se adopten políticas en la dirección equivocada, los impactos alcanzarán a todos, por lo que “Francia, Alemania y España”, como grandes productores, “no serán una excepción”.
“Tenemos que ser muy pragmáticos. Hay que ver la posición de Francia, España e Italia en octubre de 2018 cuando el Parlamento Europeo estaba viendo qué hacer con las emisiones de 2030. Estos países son tres de los mayores productores y fueron los que apoyaron posiciones más extremas. Tenemos que preguntar a los gobiernos por qué fueron tan extremistas. Estuvieron en posiciones de Escandinavia, que no produce coches”, advirtió.
El máximo dirigente de PSA relató, por su parte, que la “clave” es “hacer la transición a la velocidad adecuada para no perjudicar a la sociedad” y que “si queremos proteger la movilidad de la clase media necesitamos subsidiarla”, porque “la electromovilidad es más cara desafortunadamente, y esto no se lo dicen los gobiernos a la gente”.
Para que la electrificación se implante en la sociedad, Tavares reiteró que es necesaria “una gran inversión” pública en red de carga, porque si no hay densidad suficiente, los ciudadanos no van a comprar los coches. “Debe ser una prioridad para la UE, pero los estados no la respetan”, remachó.
¿Más fusiones?
En el contexto del desarrollo de la nueva movilidad, el ejecutivo también ha hablado sobre la necesidad de que el sector siga optando por las fusiones para poder acometer todas las inversiones en tecnología. En este sentido, indicó que “es posible” que sean necesarias, aunque alertó de que “el tamaño no es todo, sino que puede ser contraproducente si hay caos”. “Estamos intentando encontrar nuestro camino en esta situación caótica. La consolidación es una posibilidad y lo tendremos en cuenta si hay una oportunidad, como sucedió con la adquisición de Opel; pero no lo necesitamos porque tenemos rentabilidad, la tecnología y el equipo de dirección” adecuados, añadió.
La inauguración de la producción del Corsa en Figueruelas contó con un invitado de excepción, el rey Felipe VI, en la que supone la tercera visita real en la historia del centro zaragozano. El monarca, que tuvo como anfitrión al propio Tavares y al director general de Opel y Vauxhall, Michael Lohscheller, estuvo acompañado por la ministra de Industria, Reyes Maroto, y el presidente de Aragón, Javier Lambán, entre otras personalidades.