Después de haber abierto las puertas a los híbridos enchufables —con el Countryman PHEV—, Mini completa su gama de motorizaciones con su primer coche 100% eléctrico, el Mini Electric, un modelo destinado a abrir una nueva etapa para la marca y que promete una conducción más sostenible sin problemas de autonomía en el entorno urbano.
“En estos momentos de tanta volatilidad e incertidumbre, de alguna manera, el cliente no sabe qué hacer. Creemos en el poder de que el cliente pueda elegir, y con el Mini Electric se completa este círculo”, ha señalado el director de Mini España, Juan Pablo Madrigal, en la presentación del coche.
Con una potencia de 184 CV (135 kW), alcanza una autonomía de hasta 234 kilómetros; una cifra que la compañía estima como suficiente para cubrir las necesidades de movilidad en las ciudades.
En el exterior, las dimensiones del vehículo —1,43 metros de alto, 1,73 m de ancho y 3,84 m de largo— no difieren del resto de la familia de tres puertas; en el interior, el coche también mantiene toda la habitabilidad, así como la capacidad del maletero (211 litros).
Destaca en el frontal la parrilla de color gris, con el emblema Electric (también incorporado en la parte trasera) y con láminas optativas de color amarillo, a juego con los retrovisores. Asimismo, sobresale el nuevo diseño de las llantas, de 16″ y 17″.
Dentro de la unidad, el conductor dispone de una pantalla de 5,5″ detrás del volante, dividida en tres partes: las dos laterales marcan la potencia eléctrica y el nivel de batería, mientras que en la central se puede contemplar el velocímetro o el modo de conducción, que puede ser Sport, Mid, Green o Green +.
Entre las funcionalidades, está el ajuste de la energía de frenado a la hora de levantar el pie del acelerador, de forma que el coche puede llegar a conducirse utilizando únicamente un pie.
Los precios del vehículo, cuya comercialización comienza en España el 7 de marzo de 2020, parten de los 33.950 euros sin descuentos, en el caso del acabado S; y llegan hasta los 41.000 euros, para el equipamiento XL, que incluye techo de cristal panorámico, asientos de cuero y volante deportivo.
Incluso en el acabado básico, se incluye un adaptador de carga rápida. Asimismo, Mini ofrece a quienes hagan la prerreserva —disponible con un pago de 1.200 euros— la instalación gratuita de un punto de carga en el domicilio.
De acuerdo con los datos de la marca, con un enchufe convencional el vehículo alcanza el 80% de carga en unas doce horas; un tiempo que disminuye hasta las dos horas y media si se opta por un cable trifásico de 11 kW y hasta los 35 minutos en el caso de emplear uno de carga rápida.
Preparados para las turbulencias
El inicio de producción del modelo está previsto para el próximo 1 de noviembre en la fábrica de Oxford; una fecha que puede llegar a ser bastante convulsa si finalmente la UE y Reino Unido no alcanzan un nuevo acuerdo y se produce un Brexit duro el 31 de octubre.
En este sentido, Madrigal se ha mostrado cauto y ha asegurado que desde la empresa están “preparados para varios escenarios”. A la espera de cómo se desarrolla el proceso, “esperemos que, de alguna manera, reine la sensatez”, ha afirmado.
Pese a que los fabricantes de Reino Unido advierten de que una salida abrupta se traduciría en un aumento de los precios de los coches exportados a los países comunitarios, desde Mini han señalado que, en el caso de aquellas personas que ya hayan hecho la prerreserva de su coche eléctrico, el importe del coche se mantendrá, independientemente de lo que ocurra con el mercado.