Sergio Fernández / Madrid
El que los Presupuestos del año no contemplen un incremento en la fiscalidad sobre el automóvil ya es una noticia positiva. Así lo han manifestado de forma unánime los representantes de las principales asociaciones sectoriales de nuestro país reunidos en el foro “Perfilando la nueva fiscalidad del automóvil” organizado por el Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO).
El vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, se congratuló de que al fin el Gobierno vaya a acometer una reforma de la fiscalidad en su totalidad y queda a la expectativa de ver qué puede conseguir el sector en cuanto a sus viejas reivindicaciones, fundamentalmente suprimir el Impuesto de Matriculación y reformular el de Circulación hacia criterios medioambientales vinculados al uso del vehículo. “El futuro es el pago por el uso”, afirmó Armero, “pero todavía no está aquí y actualmente tenemos un esquema diferente”, por eso es una buena noticia a corto plazo que no suba esta fiscalidad en unos Presupuestos encaminados, precisamente, a obtener una mayor recaudación.
En este sentido, el directivo de la patronal de los fabricantes recordó los 500 millones de ingresos extras en concepto de “impuestos verdes” recogidos en los Presupuestos presentados a Europa el pasado mes de noviembre y que finalmente no aparecerán reflejados en los de este año, dado que la modificación de estos tributos, según confirmó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tras el último Consejo de Ministros de marzo, se incluirá en la nueva Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas y Entes Locales que se prevé aprobar en 2018.
Por su parte, Germán López-Madrid, presidente de Aniacam, se mostró incrédulo ante la posibilidad de que dicha reforma fiscal vaya a traer una bajada de impuestos para el sector. “El Estado recauda 25.000 millones al año con el automóvil, así que es irrisorio ir a Hacienda a pedir la supresión de impuestos”, explicó. El máximo responsable de la asociación de importadores hizo hincapié en la imperiosa necesidad de renovar el parque automovilístico y de incidir en el pago por el uso con nuevas reformulaciones de los impuestos, si bien criticó la falta de voluntad de algunas Administraciones de acabar con ellos.
En esta misma línea se manifestó Blas Vives, secretario general de Faconauto, asegurando que “falta voluntad política para hacer una transición progresiva de la fiscalidad”. Vives consideró además que es prematuro tratar de imponer fórmulas de peajes dinámicos para conseguir una tributación más justa por el uso del automóvil, y lamentó que el sector sea considerado como la gallina de los huevos de oro a la que le pueden caer todos los impuestos.
Oposición a más impuestos
Tomás Herrera, director general de Ganvam, mostró su miedo a que fórmulas como los mencionados peajes dinámicos se sumen como un impuesto más sin haber suprimido los otros, el de Matriculación y Circulación, a los que calificó de “anacrónicos”. En su lugar, abogó por aplicar criterios que beneficien al medio ambiente, por una fiscalidad que apoye el desarrollo del vehículo eléctrico, por una desgravación importante para el vehículo de empresa como retribución en especie, la inclusión de usados de poca antigüedad en los planes de ayuda a la compra o favorecer el renting para particulares.
Finalmente, Agustín García, presidente de la Asociación Española de Renting, también expuso sus dudas de que un cambio de fiscalidad suponga pagar menos. Por lo que concierne a su sector, García comentó que la fiscalidad que soporta, en torno al 30%, es lo bastante alta como para que si tiene que modificarse no sea al alza, e indicó, además, que actualmente el 75% de todos los impuestos que paga un automóvil son por el uso, refiriéndose concretamente a las tasas de los hidrocarburos.