Javier Menéndez / París (Francia)
La compra de Opel por parte del Grupo PSA es una posibilidad que va tomando cada vez más cuerpo. Así, durante la presentación de los resultados financieros del consorcio galo celebrada hoy en París, Carlos Tavares, presidente del Comité Ejecutivo del Grupo PSA aseveró que, si el acuerdo llegase a cristalizar, exportar Opel fuera de Europa constituiría “una buena oportunidad para todos, sobre todo para sus plantas”.
No obstante, el directivo luso recalcó que esta determinación se llevaría a cabo siempre y cuando tanto la marca del rayo como el grupo galo “sean competitivos”. Además, Tavares señaló que, pese a que varios analistas han criticado la operación por no adecuarse a la necesidad de internacionalización de PSA, la absorción de Opel abriría la puerta para crear un “campeón automovilístico europeo, capaz de alcanzar unas ventas globales anuales de cinco millones de unidades a medio plazo”.
En la misma línea, el ejecutivo afirmó la complementariedad de su alcance comercial, pues cuentan con “unas ventas cruzadas muy limitadas”. Incluso, la adquisición de Opel contribuiría a reducir una barrera con la que, a juicio de Tavares, se ha enfrentado PSA desde hace tiempo. “Muchos usuarios no consideran adquirir un vehículo fabricado por una marca francesa, ya que prefieren comprar una alemana, debido a la influencia de las premium”, apuntó al tiempo que señaló que PSA es “débil en Alemania y Reino Unido, mercados en los que Opel es fuerte”, lo que reforzaría su base de clientes.
Identidad alemana
En consecuencia, Tavares corroboró que, siempre y cuando la operación llegue a buen puerto, “Opel mantendrá su idiosincrasia germana”. Asimismo, el directivo luso destacó el gran trabajo realizado por el presidente del Comité Ejecutivo de Opel, Karl-Thomas Neumann, quien, pese a que la alemana lleva sin cerrar un ejercicio en negro desde 1999, “hubiera devuelto la rentabilidad a Opel este año de no haber sido por el impacto del Brexit”.
Por ello, el máximo mandatario de PSA aseguró que el actual equipo directivo de la marca del rayo será el encargado de lograr que ésta vuelva a beneficio. Por tanto, el rol de PSA se limitará a “brindar nuestro apoyo y experiencia, pues hemos pasado por una situación similar y creemos que podemos ayudarles y reforzar su trabajo”, matizó Tavares, al tiempo que ratificó que “podemos generar muchas sinergias juntos, lo que es positivo para nuestros inversores”.
Además, hizo especial hincapié en que no primará la elección de las plataformas de PSA en la producción de nuevos modelos, sino que ambas empresas se beneficiarían de una cooperación que se extiende desde los últimos años y, en virtud de ésta, aportarían su experiencia “para conseguir las sinergias que perseguimos, sin que ello implique imponer una tecnología sobre otra”. En cuanto a la situación laboral, el presidente de PSA subrayó que “se respetarán los convenios colectivos suscritos por la compañía y los representantes de los trabajadores”.
La operación para España
En relación a cómo afectaría a España, Tavares ha aclarado que respetarían los acuerdos que se han firmado en los años anteriores, tal y como ha señalado en el caso de Alemania. Por ello y porque puede ser una buena oportunidad, señala que los trabajadores de Zaragoza deben estar tranquilos.
Preguntado por si se va a reunir con la Administración española, el ejecutivo ha contestado que si el Gobierno del país lo pide, lo aceptarán gustosamente.