Óscar Vilanova / Wolfsburgo (Alemania)
La manipulación de las emisiones del Grupo VW ha supuesto un severo impacto en sus resultados financieros de 2015. No en vano, el consorcio germano contabilizó unos gastos de 16.893 millones de euros, durante el pasado ejercicio, de los cuales, un 95,9% (16.200 millones) correspondieron a la provisión relacionada con esta crisis.
En esta cantidad, resalta los 7.800 millones que la compañía ha separado para hacer frente a las recompras de vehículos en EE.UU., cuyas emisiones hayan sido adulteradas. Recientemente, VW llegó a un acuerdo con las autoridades estadounidenses por el que, a falta de la confirmación oficial (programada para junio), se comprometería a abonar 4.404 euros a cada consumidor, en concepto de compensación, y a aceptar la recompra de los cerca de 482.000 modelos equipados con el motor 2.0 –las aproximadamente 85.000 unidades que montan propulsor el 3.0, desarrollado por Audi, no están incluidas–. Esta contrapartida sería ofrecida a todos los clientes, con independencia de si éstos decidieran revender el coche a la compañía u optasen por repararlo. En este sentido, VW aún no ha obtenido el visto bueno de las autoridades americanas en lo que a los arreglos de estas mecánicas concierne.
Asimismo, VW ha provisionado 7.000 millones de euros para hacer frente a las consecuencias legales que puedan derivar de este asunto. Sólo en EE.UU., el Grupo se enfrenta a una multa potencial de 44.000 millones, tras la denuncia archivada por el Departamento de Justicia por presunta violación intencionada de la ley medioambiental. A ella se suman las demandas de la Comisión Nacional de Comercio americana, por publicidad engañosa –pues anunció sus modelos bajo el eslogan “Diésel Limpio”–, y las de varios Estados y consumidores independientes.
Además de los costes derivados de esta crisis, el consorcio contabilizó una partida extraordinaria de 400 millones de euros en Sudamérica, 200 millones correspondieron a su división de camiones y 200 millones, a la de turismos. A esto se añaden los 300 millones que el consorcio destinó a la cobertura de los gastos concernientes a la crisis de seguridad ocasionada por el defectuoso funcionamiento de los airbags de Takata, después de que la autoridad de Transporte estadounidense, National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), instase al fabricante alemán a llamar a revisión a cerca de 850.000 unidades equipadas con estos sistemas de seguridad.
VW obtuvo una pérdida neta de 1.582 millones en 2015
A consecuencia de este elevado nivel de gastos, el Grupo registró una pérdida operativa de 4.069 millones de euros en 2015, que contrasta con el beneficio operativo de 12.697 millones de 2014. Por ello, su retorno en ventas, antes de impuestos, se situó en el -0,6%, frente al 7,3% de hace dos ejercicios. Sin estas partidas extraordinarias, VW hubiera obtenido un resultado operativo de 12.824 millones, un 1% más. Este impacto influyó también en su resultado neto, pues el fabricante consolidó una pérdida neta de 1.582 millones de euros, el pasado curso, frente al beneficio neto de 10.847 millones con el que dio carpetazo a 2014. No obstante, a pesar de que sus comercializaciones descendieron un 2%, hasta los 9,93 millones de unidades, el Grupo VW logró aumentar sus ingresos un 5,4%, hasta los 213.300 millones de euros.
Por otra parte, el retorno sobre la inversión de su negocio de automoción se desplomó hasta un -0,2%, frente al 14,9% de 2014. Aun así, la liquidez neta de esta división se situó en los 24.500 millones (+39,2%) y su flujo neto de caja alcanzó los 8.900 millones (+45,9%). Entre sus marcas, destaca la actuación de la marca VW y de Seat. La primera facturó 106.200 millones en 2015 y consolidó un resultado operativo de 2.100 millones de euros (-16%). La española redujo su pérdida operativa un 92,12%, hasta los 10 millones, y obtuvo unos ingresos de 8.600 millones, un 11,69% más que en 2014. A pesar de este pronunciado descenso, el Consejo Ejecutivo ha propuesto un pago del 0,11 euros para las acciones ordinarias y de 0,17 euros, para las extraordinarias, que deberá ser aprobado por la Junta General de Accionistas el 22 de junio
La reinvención del Grupo empieza en 2016
“2016 será un año de transición, pero también será el ejercicio en el que la compañía potencie su transformación y siente las bases de un Volkswagen mejor”, anunció el presidente del Consejo Ejecutivo del Grupo Matthias Müller durante la presentación de los resultados de la compañía, celebrada en Wolfsburgo. Actualmente, el consorcio sigue trabajando en desarrollo de su futura estrategia hasta 2025, que será presentada a mediados de año.
El foco de esta nueva hoja de ruta estará centrada en la digitalización, la electrificación y la oferta de nuevos servicios de movilidad. En este sentido, Müller recalcó la importancia del lanzamiento de 20 nuevos modelos, totalmente eléctricos, que el Grupo llevará a cabo hasta 2020. Para tal fin, VW sigue primando el desarrollo de su nueva plataforma modular, denominada Modular Electrification Toolkit (MEB).
En el primer trimestre de 2016, el fabricante germano entregó 2,5 millones de vehículos, lo que supone un incremento del 0,8% en relación al mismo lapso de 2015. En este aumento ha contribuido el crecimiento registrado por todas las marcas –a excepción de VW–, a pesar de las pronunciadas caídas de Rusia y de Brasil, dos naciones que lastran las cuentas de casi todas las compañías.
Asimismo, el descenso de ventas, en EE.UU., ha sido más contenido de lo esperado tras la crisis de las emisiones, gracias al gran rendimiento de Audi y de Porsche. Para el presente ejercicio, el Grupo prevé que sus ventas mundiales se mantengan en los mismos niveles de 2015, cimentadas en el crecimiento de China. En lo que a su beneficio operativo respecta, VW espera un retorno operativo en ventas comprendido entre el 5% y el 6%, para 2016. Por último, estima que su facturación caerá un 5% durante este curso.