latribunadeautomocion.es / Madrid
Un sistema de velocidad variable en los accesos a Barcelona sustituirá paulatinamente la polémica limitación de 80 km/h, que fue una de la medidas estrella del anterior Gobierno catalán para combatir la polución en el área de Barcelona, y que el actual presidente de la Generalitat, Artur Mas, se comprometió a eliminar.
La medida, aplicada para reducir la polución ambiental en la primera corona metropolitana, tendrá una variabilidad que dependerá de la fluidez del tráfico, la climatología y la previsión de la contaminación.
Por ahora, la velocidad máxima en cada tramo se limitará ateniendo las características de cada vía, y será el Servicio Catalán de Tráfico el encargado de fijarlo según la congestión, ha explicado en rueda de prensa la directora general de Calidad Ambiental, Assumpta Farran.
En la misma, informa EFE, el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Lluis Recoder, que ha reconocido que éste era un “compromiso político”, ha señalado que la sustitución de la limitación de 80 km/h por la velocidad variable -cuyo anuncio ha sido recriminado por entidades a favor del medio ambiente- no va en contra del objetivo final del plan de calidad del aire, ya que irá acompañada de otras medidas complementarias.
Los radares seguirán multando hasta que se cambien
La prohibición será levantada en marzo, a partir de entonces se podrá circular a más de 80 kilómetros por hora en los accesos a Barcelona, si bien esta derogación no será total ya que el límite se mantendrá en 25 de los casi 80 kilómetros de la denominada “zona 80”, según ha anunciado hoy el conseller Felip Puig.
En rueda de prensa, el titular de Interior ha justificado que se mantenga la limitación por razones de adecuación y transición entre zona urbana e interurbana, ya que se trata precisamente de los puntos situados justo en la entrada a la capital catalana.
El nuevo modelo será revisado en mayo y en septiembre, para acabar de afinar el sistema y hacer los retoques necesarios a partir de la evolución de elementos clave como la congestión, los accidentes o la contaminación.
Puig ha pedido a los conductores que sigan obedeciendo el límite fijado en los paneles luminosos o en las señales de tráfico, porque son los vigentes hasta que se hayan cambiado.