Entre un 15% y un 20% de los coches del parque automovilístico español eluden la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) obligatoria. Según AECA-ITV,organizadores de las jornadas Nacionales de ITV celebradas en Bilbao, estos automóviles que no cumplen con el reglamentario trámite inspector tienen un “impacto claro” en la siniestralidad vial.
Se alega a este respecto que los vehículos que menos pasan la ITV y los que llegan con retraso presentan los defectos que juegan un papel determinante en la provocación de accidentes de tráfico. De hecho, en una de las ponencias efectuadas se ha apuntado a que el 83% de los talleres no tiene interés en proceder a estas revisiones y que la cifra de negocio del sector talleres, inducida por la existencia de las ITV, oscilaría entre los 700 y 1.400 millones de euros.
El empleo de la actividad de posventa afectado por la actividad de las ITV se calcula entre 35.000 y 157.000 puestos de trabajo. En Europa, la tendencia de los últimos años es hacia el modelo de concesión o autorización administrativa más o menos reglada, ya que la calidad del servicio que perciben los conductores es el parámetro que se considera más valorado.
AECA-ITV puntualiza que un enfoque “excesivamente desregulador” de la actividad “pondría en riesgo la calidad de la inspección”, pero añade que las ITV deben avanzar en esos aspectos cualitativos. Sobre los defectos más localizados en las inspecciones se hizo hincapié en los frenos y se apela a un reciente estudio en el que se ha observado que en los casos de desequilibrio y fluctuación de las fuerzas de frenado, el comportamiento de un vehículo es exactamente igual al de los casos en que se tiene una rueda inoperante, pero con menor gravedad.
El análisis ha extraído la conclusión de que el tamaño del vehículo no se ve influenciado por los fallos de frenado, si bien es cierto que al aumentar la masa y la altura del centro de gravedad se pueden ver trayectorias algo superiores a las de vehículos de menores dimensiones. EFE