El presidente estadounidense, Donald Trump, ha lanzado su siguiente ataque de su guerra de aranceles. Esta vez, el mandatario ha apuntado directamente contra la industria automotriz imponiendo una tasa del 25% a todas las importaciones de vehículos procedentes de cualquier parte del mundo. Estos tendrán efecto a partir del 3 de abril, un día después de que el político republicano anuncie sus impuestos recíprocos, los cuales se sumarán a los ya introducidos sobre el acero y el aluminio, así como sobre los productos procedentes de México, Canadá y China.
Esta medida perjudicará principalmente al consumidor estadounidense, dado los precios podrían subir en torno a los 12.000 dólares —unos 11.130 euros— para cada coche. Esto se debe a que el 50% de los automóviles de EEUU vienen de fuera, principalmente de Canadá, México, Corea del Sur, Japón y Alemania. Según datos de Reuters, el territorio norteamericano percibió entregas de productos del sector por un valor de 474.000 millones de dólares —unos 439.852 euros— en 2024, incluyendo los de pasajeros, que tuvieron un valor de 220.000 millones —unos 204.218 euros—.
No obstante, según el decreto presidencial, estas medidas no afectarán por el momento a las partes de vehículos fabricadas en los dos países vecinos. Aunque destacan que se le impondrá aranceles a las piezas hechas fuera de EEUU, lo que supondría un gravamen parcial a estos.
Reacciones internacionales
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha destacado que es una medida que no favorecerá a las «empresas» y menos a los «clientes». Por su parte, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha señalado que «está muy preocupada» por la medida anunciada por Trump. Asimismo, la presidenta de la ACEA, Sigrid de Vries, ha indicado que instarán «al presidente a considerar el impacto negativo de los aranceles no solo en las empresas, sino también en la industria manufacturera estadounidense».
Desde Ottawa, el primer ministro canadiense, Mark Carney, declaró que el territorio «defenderá a sus trabajadores, a sus compañías, a su país y lo harán unidos». Además, anunció que no dudarán en realizar un contraataque arancelario a su país vecino. Del mismo modo, el mandatario de Japón, Shigeru Ishiba, dijo que pondrán «todas las opciones sobre la mesa». Mientras que Corea del Sur está trabajando en una respuesta de emergencia para su industria automotriz duramente afectada en abril.
El presidente brasileño, Inacio Lula da Silva, señaló en una rueda de prensa en Tokio —donde estaba de visita oficial— que estaban estudiando presentar una queja a la Organización Mundial de Comercio por un gravamen comercial sobre el acero de la región latinoamericana. A la par que indicaba que «el proteccionismo no ayudaba a ningún país del mundo».
Caída en bolsa de las empresas automotrices
Tras el anuncio de Donald Trump, las empresas del motor experimentaron una fuerte caída. A pesar de que las cotizaciones de GM, Ford y Stellantis comenzaron el día con caídas, estas se acentuaron después de la noticia del presidente estadounidense, terminando la jornada con un descenso del 7% de la primera y la tercera (respectivamente), y una del 5% de la segunda. Incluso Tesla bajó un 5,58%.
Por su parte, Toyota, Honda, Nissan y Mazda también experimentaron descensos en torno al 3-5% en la Bolsa japonesa. Las coreanas Hyundai y Kia también empezaron a cotizar a la baja este jueves, con descensos del orden del 3%. Incluso después de que la primera anunciara una inversión de 21.000 millones de dólares —unos 19.504 millones de euros— en sus empresas estadounidenses para evitar aranceles.
Por último, las marcas del Viejo Continente fueron las más penalizadas del índice bursátil europeo Stoxx 600. Stellantis bajó un 6%. Mercedes Benz pierde un 5% mientras que Porsche y BMW recortan más del 4,5%.
Amenazas arancelarias
Esta cruzada arancelaria no ha terminado todavía, puesto que el próximo 2 de abril el presidente anunciará nuevas tarifas, apodado por el político como el día de la Liberación. «Vamos a cobrar a los territorios por hacer negocios en nuestro país y llevarse nuestros empleos, llevarse nuestra riqueza, llevarse muchas de las cosas que se han estado llevando a lo largo de los años», indicó en el Despacho Oval. «Se han llevado mucho de nuestro país, amigos y enemigos y, francamente, los amigos han sido a menudo mucho peores que los enemigos».
Esta última advertencia va dirigida a la Unión Europea, a la cual tiende a mencionar en todas sus intervenciones. Es por ello que la organización intergubernamental no para de buscar opciones para desvincularse paulatinamente de EEUU, buscando apoyos en otras naciones como Canadá. Un movimiento que a Trump no le agrada demasiado.
«Si la Unión Europea colabora con Canadá para perjudicar económicamente a los EEUU, las tasas a larga escala serán mucho mayores a las planeadas actualmente, para proteger al mejor amigo que cada uno de esos dos países ha tenido jamás», indicó el mandatario en su red social Truth Social.