El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado que los aranceles a las importaciones relacionadas con la industria del automóvil rondarán en torno al 25%. El mandatario ha dado una rueda de prensa para dar más detalles sobre las tasas que impondrá a este sector a partir del 2 de abril. Estos serán personalizados para cada país.
La semana pasada, Trump justificó esta acción debido a que considera injusto el trato que se le da a su mercado. La Unión Europea, por ejemplo, aplica una del 10% sobre las importaciones de vehículos, cuatro veces mayor que la estadounidense del 2,5% sobre los automóviles; aunque esta se eleva al 25% en el caso de las pick-ups. Y es que el club comunitario se encuentra en el punto de mira de Trump, puesto que le acusó de ser «absolutamente brutal en el comercio» y de imponer lo que calificó como un arancel encubierto» a través del IVA.
En caso de llegar a aprobarse este impuesto, la industria alemana sería la más afectada. Es por ello que la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil lo ha calificado como una «provocación» del político, ya que esta medida podría afectar de manera negativa a ambos mercados. Y ha animado al grupo comunitario a alcanzar algún acuerdo al respecto.
Por su parte, la Unión Europea trabaja para evitar una confrontación comercial con EEUU, pero todavía no ha hecho ninguna oferta para reducirlos. Sin embargo, la Comisión Europea ha indicado que «cualquier reducción arancelaria debe ser mutuamente beneficiosa y negociada dentro de un marco justo y basado en reglas».
Aranceles al acero y al aluminio
Asimismo, justo una semana después de que Trump retrasara los aranceles a las importaciones de México y Canadá, el presidente estadounidense firmó uno del 25% a las entradas de acero y aluminio a partir del 4 de marzo. En 2018, durante el primer mandato del político, este introdujo uno del 25% al primer metal y uno del 10% al segundo —los cuales retiró en 2019 a Canadá y México tras llegar a un acuerdo—. Sin embargo, el expresidente, Joe Biden, suspendió estos impuestos a varios países, entre los que se encuentran los miembros de la Unión Europea, durante cuatro años.
Además, esta medida tendrá un rápido impacto en la industria automotriz, dado que fabricantes y proveedores dependen de estas importaciones para la producción de vehículos, que experimentarán un ascenso de sus precios. Del mismo modo, aunque la mayoría de las entregas de estos dos materiales por parte de EEUU proceden de Canadá, México y Brasil, esta situación también afectará a la UE, dado que las exportaciones a la región norteamericana suponen cerca de un 19,7% —más que a Reino Unido (+13,1%) o China (+8,8%)—.
Tras el anuncio de estos aranceles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló que «la UE actuará para salvaguardar sus intereses económicos. Protegeremos a nuestros trabajadores, empresas y consumidores».