Los representantes de los trabajadores de Volkswagen votaron a favor de realizar huelgas parciales en Alemania a partir de diciembre, justo un día después de que se celebrara la tercera reunión entre IG Metall y el Consejo Administrativo de la compañía para hablar sobre la eliminación de convenios colectivos —entre los que se encuentra uno que prohibía el despido hasta 2029— y el posible cierre de fábricas.
Estas están previstas que comiencen antes de la cuarta reunión, la cual está prevista para el 9 de noviembre. En el comunicado, el sindicato señalaba que no querían «este conflicto e incluso hemos presentado en la mesa de negociaciones conceptos globales que van hasta el límite de lo que es factible».
Un día antes del encuentro, los líderes laborales del grupo propusieron que no se realice la subida salarial acordada para la industria metalúrgica y eléctrica del país —la cual consiste en un incremento del 5,1% en dos fases hasta 2026—, y que el dinero se introduzca en un fondo solidario que permita a la compañía reducir la jornada laboral en caso necesario, sin necesidad de prescindir de gente de su plantilla.
Por su parte, el consejero delegado de la marca, Thomas Schaefer, ha señalado que no ve ninguna posibilidad de evitar despidos y cierres de fábricas en Alemania para recortar 4.000 millones de euros en gastos.
Cierre de fábricas
La marca principal se ha encontrado en apuros para disminuir costos en medio de un clima económico complicado. Por ello, en la segunda ronda de conversaciones, Volkswagen presentó una propuesta de ahorro de costes a sus trabajadores que podría evitar el cierre de fábricas en Alemania. Este incluye medidas como una reducción global del salario del 10% y una congelación de la retribución durante dos años.
En reuniones anteriores, la compañía había señalado que tiene planeado cerrar tres plantas. Según fuentes de La Tribuna de la Automoción, Dresde y Osnabrück son dos de las instalaciones que la empresa ha planteado clausurar. Asimismo, señalaron que se están planteando una reducción de personal de 23.000 empleados de los 120.000 que trabajan en el país centroeuropeo, lo que supondría un recorte de plantilla del 19,17%.
Volkswagen no es el único fabricante que está tomando estas medidas en Alemania (o en Europa), puesto que la reducción de la demanda de vehículos eléctricos en el Viejo Continente , sumado a la competencia de los automóviles chinos y la incertidumbre geopolítica, está complicando el panorama de la industria automotriz. Ford o Nissan son algunas de las compañías que también han anunciado reestructuraciones en sus empresas.