El pasado 14 de mayo se difundió el comunicado de la Casa Blanca en el que se anunciaba el incremento de las tasas arancelarias que afectaría a diversas importaciones procedentes de China, entre las que se incluían los vehículos eléctricos, que pasaban de estar gravados con un 25% al 100%. Esta medida ha producido un aumento de la tensión entre EEUU y la República Popular, así como reacciones adversas, la última de ellas del CEO de Polestar, Thomas Ingenlath, quien se mostró «perplejo» ante esta medida, de acuerdo con informaciones de Automotive News.
«El libre comercio ya no es fácil», fueron las palabras de Ingenlath durante los lanzamientos a la prensa de los Polestar 3 y 4, que tuvo lugar en Madrid. «Solo espero que si no existe una racionalidad para el libre comercio, al menos podamos tener un comercio justo».
Y es que, esta compañía, a pesar de contar con su sede en Suecia, está controlada por la china Geely, de manera que varios de sus vehículos ―el sedán mediano Polestar 2 totalmente eléctrico y el SUV Polestar 4― se fabrican actualmente en China, por lo que podrían verse afectados por esta nueva tasa.
No obstante, a partir de este verano, el Polestar 3 se producirá en la planta estadounidense de Volvo, situada en Carolina del Sur. A mediados de 2025, el Polestar 4 también será ensamblado por Renault Korea Motors en Busan, Corea del Sur, inicialmente para el mercado yanqui. Con una producción más diversificada, el directivo considera que podrán hacer frente a los aranceles, así como a iniciativas similares de la Unión Europea tras la investigación que mantiene en curso (se espera que la CE anuncie su decisión sobre este asunto el próximo 5 de junio).
Esta postura crítica también la comparten…
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