El Gobierno de Biden está preocupado ante el aumento de la competencia china en el sector automovilístico, así como de la posible inundación del mercado con sus vehículos de precio bajo, y podría poner en marcha más medidas proteccionistas antidumping para frenar dicho avance en Estados Unidos, especialmente ahora que debe demostrar su valía de cara a las próximas elecciones.
Muestra de ello es la reciente medida del Ejecutivo de revisar los aranceles de la era Trump a este país, con el fin de aumentar los de las importaciones de acero y aluminio chino, que pasarían del 7,5% actual hasta un 25%, según reveló la representante comercial de EEUU, Katherine Tai, durante una audiencia del Comité de Finanzas del Senado.
De acuerdo con sus declaraciones, dejar la competencia china sin control haría que Estados Unidos perdiera la capacidad de producir. «Tenemos que tomar medidas tempranas, acciones decisivas y ser muy claros sobre por qué las estamos tomando», señaló.
Asimismo, ante una petición presentada por un grupo de cinco sindicatos, el pasado 12 de marzo, la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) inició una investigación acerca de «los actos, políticas y prácticas de la República Popular China dirigidos a los sectores marítimo, logístico y de construcción naval por su posición dominante», según señaló dicho organismo a través de un comunicado. Esta indagación se ampara bajo el artículo 301 de la Ley de Comercio Exterior, que tiene por objeto hacer frente a las prácticas extranjeras desleales que afectan al comercio estadounidense.
«Las acusaciones [de los sindicatos] reflejan…
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