El vicepresidente de Ford Europa responsable de Producción, Kieran Cahill, señaló en una reunión con el Comité Europeo el 5 de febrero que la marca «está trabajando en una alternativa para solucionar el problema» de la planta de Almussafes (Valencia), lo que supondría dar respuesta al periodo de baja actividad hasta la llegada del vehículo eléctrico.
Según informan a La Tribuna de Automoción fuentes del sector, la compañía, que se ha comprometido a otra reunión con la dirección global en abril para ofrecer «más datos», está barajando la opción de adjudicar «un nuevo coche» a la factoría española, que llegaría «en 2025 o 2026». Este modelo, que podría ser un SUV, se sumaría al Kuga, que será la única silueta que se ensamble a partir del 17 de abril, cuando se marche definitivamente la furgoneta Connect.
En caso de que Ford acabe asignando este proyecto, se daría respuesta a la petición de UGT que reclama actividad adicional para asegurar al menos un volumen de 200.000 unidades anuales para garantizar la plantilla actual. Del Kuga —acaba de recibir un restyling— se prevén para 2024 alrededor de 130.000 —se sumarían unas 10.000 del comercial, dejando un balance total de 140.000 frente a las 219.594 de 2023—, mientras que para 2025 y 2026 se podrían hacer 113.000 y 98.000, respectivamente, de acuerdo con otras fuentes sectoriales consultadas por este periódico.
El nuevo vehículo no supondría trasladarlo de otra fábrica bien íntegro o de manera parcial, sino que sería un lanzamiento dentro de la gama.
Ford Almussafes iniciaría con el eléctrico en 2028-2029 con una plataforma diferente a la GE-2
El previsible refuerzo de carga de trabajo que tendría Ford Almussafes permitiría que la dirección de la planta pudiera abordar un acuerdo para adoptar medidas menos lesivas y de corte temporal para afrontar la transición hasta la llegada de los vehículos cero emisiones. Y es que desde mediados de abril, con la salida de la Connect, se generará un excedente de plantilla —actualmente la forman unas 4.900 personas—, que, si no hay alternativas encima de la mesa, podría conducir a otro ERE, tras los tres ejecutados desde 2020.
La importancia de la asignación de otro coche es mayor todavía, puesto que el inicio de la producción de los eléctricos se va a retrasar, previsiblemente, «a 2028 o 2029», según aseguran fuentes del sector a La Tribuna de Automoción. El proyecto de electrificación, que meses atrás se barajaba para 2027 —tras tres retrasos sobre los planes iniciales—, se cimentará sobre una «plataforma diferente a la GE-2», que fue la adjudicada por Ford en junio de 2022 y que permitiria ensamblar modelos grandes.
En su lugar, se industrializaría una arquitectura enfocada para coches medianos y pequeños, un cambio que se enmarcaría en la redefinición de la estrategia de electrificación que ha anunciado el CEO global del constructor, Jim Farley, recientemente.
Ayudas del Perte VEC II
Para abordar la transformación de Almussafes por los VE, la empresa solicitó ayudas en el Perte VEC II en la sección A de baterías —se ha adjudicado 37,2 millones para una nave para el montaje de acumuladores— y en la B relativa al conjunto de la cadena de valor y de la que se conocerá próximamente el soporte que le concede el Ministerio de Industria al publicarse a finales de mes las primeras resoluciones provisionales.
Ante las informaciones de la adjudicación de un nuevo coche y de los cambios en el proyecto con el eléctrico de la planta valenciana, este medio ha contactado con Ford, que ha señalado que, por el momento, se trata de especulaciones, porque las decisiones sobre Almussafes están todavía siendo analizadas por la dirección global y no se ha comunicado el resultado.
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