La BBC ha publicado esta mañana una información en la que revelaba que el actual Gobierno británico está considerando retrasar la prohibición de la venta de coches nuevos de gasolina y diésel hasta 2035, cinco años más tarde de lo esperado.
Este objetivo fue aprobado en 2020 por el ex primer ministro Boris Johnson, en un plan de emisiones netas cero para 2050. Esta no es la primera vez que crecen rumores alrededor de este proyecto, pues en los últimos meses se ha especulado bastante con esta ley medioambiental. No obstante, en julio, el ministro de Relaciones Intergubernamentales, Michael Gove, reafirmó el apoyo del Ejecutivo a esta política.
Según el medio británico, se espera que el Primer Ministro, Rishi Sunak, pronuncie un discurso en los próximos días que contendrá la flexibilización de varias políticas gubernamentales. Además, también añadió que no cree que Sunak dé marcha atrás en el plan principal de alcanzar las emisiones netas cero en 2050.
Reacción de las marcas
Algunos fabricantes no se han tomado muy bien la noticia. Por su parte, Ford declaró que abandonar el plazo de 2030 sería un error y dio a entender que podría poner en peligro nuevas inversiones. La presidenta de Ford en el Reino Unido, Lisa Brankin, realizó un comunicado esta mañana en el que advertía que «el objetivo para 2030 es un catalizador vital para acelerar a Ford hacia un futuro más limpio».
Brankin añadió que «nuestra empresa necesita tres cosas del Gobierno británico: ambición, compromiso y coherencia. Una relajación de 2030 socavaría las tres cosas». También recordó que el fabricante había invertido más de 430 millones de libras (469 millones de euros) en sus instalaciones del país y que había estado planeando más inversiones para ajustarse a la línea de tiempo de 2030.
Por otro lado, el portavoz de BMW del Reino Unido agregó que no podían hacer comentarios sobre especulaciones, no obstante recalcó que «nosotros y toda la industria automovilística necesitamos claridad en el tema de los vehículos de emisiones cero».
En esta posición también se encuentra Jaguar Land Rover, el mayor fabricante del país, quien ha manifestado su deseo de que se aclare la política climática británica.
Reacción del sindicato
Asimismo, el sindicato británico de la industria automovilística (SMMT) afirmó que la transición a los coches eléctricos se verá obstaculizada por la confusión en torno a esta medida. El director General de la SMMT, Mike Hawes, declaró que «la industria automovilística ha invertido y sigue invirtiendo miles de millones en nuevos vehículos eléctricos, ya que la descarbonización del transporte por carretera es esencial para alcanzar el objetivo de cero emisiones».
Sin embargo, aclaró que para que esto sea una realidad, los consumidores deben querer hacer el cambio, lo que requiere por parte del gobierno un mensaje claro y coherente, incentivos atractivos y una infraestructura de recarga que dé confianza en lugar de ansiedad. Por último, añadió que «la confusión y la incertidumbre sólo les frenarán».
