El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha confirmado esta tarde en un discurso lo que la BBC ha adelantado esta mañana: La prohibición de la venta de coches nuevos de gasolina y diésel se retrasará hasta 2035, cinco años más tarde de lo previsto.
Esta medida ha pillado por sorpresa a fabricantes del sector como Ford, BMW y JLR, que —después de que el medio filtrara la noticia esta mañana— pedían al Gobierno británico que aclarara la situación.
Sunak ha defendido esta medida diciendo que la inmensa mayoría de los vehículos vendidos en 2030 «serán totalmente eléctricos». Pero cree que son los ciudadanos quienes deben tomar esa decisión, no el Gobierno. No obstante, ha añadido que facilitará la transición a los coches cero emisiones.
El primer ministro ha indicado que este nueva meta a 2035 es el «objetivo global», y que Reino Unido está siguiendo el ejemplo de otros países como es el caso de Francia, España, Italia, Australia, Canadá o Suecia. Cuando ha sido preguntado por este tema, Sunak ha afirmado que «el Gobierno está redoblando su apuesta por lo que quiere la industria, que es una infraestructura de red. Eso es lo que piden los empresarios».
Esta medida estaba incluida en el plan de emisiones netas cero aprobado en 2020 por el anterior ex primer ministro, Boris Johnson. El actual líder del Ejecutivo ha recalcado que «la gente quiere hacer lo correcto en materia de cambio climático, pero no puede ser justo que el Gobierno pida a la gente que haga tantos cambios sin un debate nacional debidamente informado».
Ford, BMW y JLR
No obstante, varios fabricantes del Reino Unido han expresado su confusión esta mañana cuando se conocía la noticia. La presidenta de Ford en el país británico, Lisa Brankin, realizó un comunicado en el que advertía que «el objetivo para 2030 es un catalizador vital para acelerar a Ford hacia un futuro más limpio». Además, añadía que «su empresa necesita tres cosas del Gobierno británico: ambición, compromiso y coherencia. Una relajación de 2030 socavaría las tres cosas».
Asimismo, el portavoz de BMW del Reino Unido agregó que no podían hacer comentarios sobre especulaciones, no obstante recalcó que «nosotros y toda la industria automovilística necesitamos claridad en el tema de los vehículos de emisiones cero». Mientras que Jaguar Land Rover, el mayor fabricante del país, ha manifestado su deseo de que se aclare la política climática británica.
Reacción de la SMMT
Por otro lado, la organización británica de la industria automovilística (SMMT) afirmó que la transición a los coches eléctricos se verá obstaculizada por la confusión en torno a esta medida. El director general de la SMMT, Mike Hawes, declaró que «la industria automovilística ha desembolsado y sigue invirtiendo miles de millones en nuevos vehículos eléctricos, ya que la descarbonización del transporte por carretera es esencial para alcanzar el objetivo de cero emisiones».
Sin embargo, aclaró que para que esto sea una realidad, los consumidores deben desear hacer el cambio, lo que requiere por parte del gobierno un mensaje claro y coherente, incentivos atractivos y una infraestructura de recarga que dé confianza en lugar de ansiedad. Por último añadió que «la confusión y la incertidumbre sólo les frenarán».