Audi, la marca de VW especializada en el segmento premium, ha anunciado que la producción de su factoría de Ingolstadt (Alemania) será neutra en carbono a partir del 1 de enero de 2024, año en el que también comenzará a fabricar la nueva serie Audi Q6 e-tron.
Con esta, ya serían tres las factorías de Audi que no arrojan emisiones a la atmósfera y, siguiendo programa ambiental Mission Zero, la marca busca que todos sus centros de producción en los 12 países en los que está presente operen con cero impacto medioambiental en 2025.
Bruselas, sentando precedente
La de Bruselas (Bélgica) fue la primera en lograr este hito, en el año 2018, y desde entonces ha sido un modelo a seguir. Según afirman ellos mismos, su sostenibilidad se basa en tres pilares, siendo la gestión de los recursos el primero de ellos, ya que se preocupan por prevenir los desechos y embalajes de plástico, además de promover acciones de economía circular.
El segundo englobaría proyectos dedicados a la biodiversidad, enmarcados dentro de la iniciativa Biodiversidad en buena compañía, con la que la marca de los cuatro aros también se compromete a proteger los ecosistemas en todos sus espacios.
Por último, el campo de la descarbonización se basa en el uso de energías renovables. Esta fábrica se nutre principalmente (75%) de la eólica, la cual adquieren a terceros, pero en el futuro podrían instalar las suyas propias. El 15% del gasto restante de energía es solar, de los múltiples paneles que las instalaciones tienen instalados en el techo. Con el sitio fotovoltaico más grande de la región de Bruselas, que cubre 107.000 metros cuadrados, la planta de Audi ahorra alrededor de 1.881 toneladas de CO₂ y produce alrededor de 9.000 megavatios/hora de electricidad a partir de energías renovables al año, suficiente para cargar 90.000 Audi Q8 e-trons. Además, el objetivo es seguir mejorando en este campo mediante la ampliación de los metros cuadrados destinados a este fin.
Otros proyectos relacionados que se desarrollaran en el futuro incluyen el empleo de hidrógeno para electrificar aquellos procesos en los que no pueden usarse energías renovables y el almacenaje de la energía no utilizada, así como el uso exclusivo de agua purificada.
Sin embargo, no tienen previsto, por el momento, lograr tener emisiones negativas, tal y como explicó un representante de la empresa a la prensa al ser preguntado por ello.
Por último, en el aspecto de la logística, sustituyeron la utilización de camiones por el transporte en trenes, lo que también supone un ahorro en emisiones.
Segunda vida a las baterías
Entre los proyectos de economía circular de Audi, se encuentra el de darle un nuevo uso a las baterías de sus coches eléctricos que ya no son aptas para la movilidad. En la planta piloto que Volkswagen Group Components tiene en Salzgitter, el software de análisis BattMAN ReLife, cuya primera versión fue desarrollada por el departamento de gestión de calidad de Audi Bruselas, comprueba el estado de las pilas en unos minutos y establece su curso posterior.
Axel Vanden Branden, ingeniero de calidad de Audi Bruselas, explica: «podemos medir todos los parámetros más importantes de una célula. Luego, un sistema de semáforo indica el estado celda por celda: verde significa que una celda está en buen estado, amarillo significa que requiere una inspección más cercana y rojo significa que la celda está fuera de servicio».
Por otro lado, Audi Environmental Foundation y la start-up germano-india Nunam han diseñado unos rickshaws eléctricos que funcionan con baterías usadas tomadas de vehículos de prueba de la flota de pruebas Audi e-tron, los cuales serán llevados a la India para facilitar los trayectos allí. El objetivo del proyecto es explorar cómo los módulos fabricados con baterías de alto voltaje pueden reutilizarse después del ciclo de vida del automóvil y convertirse en un caso de uso viable de segunda vida. El proyecto también tiene como objetivo fortalecer las oportunidades de empleo para las mujeres en la India, que podrán valerse de estos vehículos para transportar mercancías y a ellas mismas.
Por el momento se han desarrollado tres prototipos en colaboración con el equipo de formación de Audi de Neckarsulm.
Timo Engler, jefe de Formación de Ingeniería Automotriz y Logística en el centro de Neckarsulm afirma: «Nuestro equipo de aprendices se beneficia del intercambio intercultural, el equipo de Nunam de nuestro conocimiento en electrónica de baterías, tiempo de carga y diseño: el resultado es un tuk-tuk con el ADN de Audi».
El plan para Ingolstadt
La estrategia de Audi para esta planta alemana sigue un patrón similar a la de Bruselas y también a la de Gyor, en Hungría, que fue la segunda en pasar a ser cero emisiones en 2020.
En primer lugar, dentro de este plan, se sitúa la eficiencia energética, que ya en 2022 ahorró más de 35.000 megavatios hora de energía y evitó más de 5.000 toneladas de emisiones de carbono.
Asimismo, hasta la fecha se han instalado en la factoría módulos fotovoltaicos en un área de 23.000 metros cuadrados y durante los próximos años, la empresa planea implementar medidas adicionales en la planta principal.
En cuanto a la adquisición de energía, el jefe de Protección Ambiental del Grupo Audi, el Dr. Rüdiger Recknagel, explica que «una refinería vecina y la planta de reciclaje de residuos municipales suministran a la planta principal calor residual neutro en carbono. Además, hemos asegurado grandes cantidades de biogás para garantizar un suministro neto de calor neutro en carbono». Por último, al igual que en Bruselas y Gyor, las emisiones que no se puedan evitar se compensaran mediante la compra de créditos de carbono certificados.