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Edscha Santander, máxima exigencia para la producción de piezas pequeñas, pero claves en el coche

El centro, propiedad del Grupo Gestamp desde 2010, trabaja con una tolerancia de centésimas para lograr que las piezas que fabrica —bisagras, retenedores de puertas, raíles de correderas y soportes de las ruedas de repuesto— funcionen perfectamente en vehículos que se ensamblan a cientos de kilómetros. Entre un 70% y un 80% de la producción de la planta, en la que trabajan más de 500 empleados, se exporta. En 2022 facturó 108,1 millones de euros.

Edscha Santander
Exterior del Edscha Santander, del Grupo Gestamp.

La planta del Grupo Gestamp de Edscha en Santander cuenta con alrededor de 500 empleados, lo que la convierte en uno de los grandes enclaves industriales de la región, y exporta entre un 70% y un 80% de la producción a Europa, Asia y América.

En este punto, la ventaja es que son piezas que al ser pequeñas y ligeras, sobre todo bisagras —para puertas, maleteros y capós—, frenos de mano, raíles de puertas correderas, soportes de ruedas de recambio y retenedores para que la que las puertas se mantengan en tres posiciones, tienen un coste logístico controlado. En total, se hacen unos 60 millones de unidades al año, con un funcionamiento a tres turnos, en los que se hacen labores de estampación, mecanizado, corte de metal, soldadura y ensamblaje.

El grado de exigencia de este centro que facturó 108,1 millones de euros en 2022 —si se suman las ventas del centro de Burgos, que es el otro que tiene Edscha en España desde 1986, y que emplea a alrededor de 200 personas, alcanza los 170 millones—, es altísimo, ya que se permiten tolerancias de centésimas, puesto que si se desvían más estas piezas no funcionarían cuando se ensamblan en el vehículo. Sin embargo, cuentan con un ritmo de producción, en algunos casos, de cuatro segundos por unidad, lo que podría dificultar la operativa, si no fuera por el apoyo de la industria 4.0 y también del celo de los empleados.

Otro aspecto relevante para conseguir la perfección en las piezas es la sala de metrología en la que se comprueba que las piezas están de acuerdo al plano. En este punto se tiene que tener en cuenta hasta la temperatura óptima, que es de entre 21 y 22 grados centígrados para que no se dilaten ni se contraigan.

Edscha Santander, referente en frenos de mano con un laboratorio que apoya otros centros

La excelencia en Santander es algo que se lleva a raja tabla, al ser un centro referente, que cuenta con un laboratorio de ensayo que le permite no solo probar lo que se fabrica en la factoría —esto es común en todos las plantas—, si no también lo que se desarrolla en otras.

Edscha Santander.
Edscha Santander. (Imagen de archivo)

En este espacio se testan aspectos como que los frenos de manos mecánicos, otro de los componentes que se hacen en el Polígono de Guarnizo, resista muchos ciclos de uso, se prueba 200.000 veces, y, no solo de forma correcta, si no como lo hace habitualmente un conductor, en malas posturas. La importancia de estas piezas en Santander es muy alta, ya que es la fábrica de Europa que más produce, aunque es cierto que los coches cada vez equipan más electrónicos.

Para garantizar la resistencia de los productos que fabrican en Santander, donde se han instalado placas fotovoltaicas y se recogen los sobrantes de chatarra para ser reutilizados, al estar muy concienciados con el medio ambiente, también se meten en cámaras salinas durante 24 o 48 horas, para comprobar que no experimenten corrosión.

El director de Operaciones (COO) de Edscha Body Components, Roberto Aristi, recuerda la relevancia de los componentes que se hacen tanto en Santander como en Burgos, ya que se tratan de elementos de seguridad clave en un accidente, no solo porque es importante que las puertas tengan retenedores que eviten vaivenes, también porque son elementos que en un siniestro lateral aseguran la integridad de los ocupantes.

Unos componentes complejos e importantes para la seguridad

En este campo, la evolución de los vehículos ha sido muy grande. Hasta el nivel de que la bisagra del capó se levanta, por ejemplo, en el caso de impacto con un peatón, para disminuir las lesiones cuando se produce un atropello.

A pesar de que podría parecer que no es un centro con productos con mucha tecnología, al ser sólo mecánicos —en otros emplazamientos también incorporan elementos electrónicos— cumplir con la especificación de algunos pedidos es de suma relevancia para que posteriormente los vehículos se puedan ensamblar.

Por ejemplo, el director de la factoría de Edscha Santander, José Antonio Torre, relata el caso de una bisagra encargada por Stellantis Madrid, que pide que la puerta se pueda abrir unos grados en concreto para poder pintarla por dentro, pero que luego sea fácil de desmontar porque el coche se ensambla sin puerta. En la mayoría de los casos, el desarrollo se hace conjuntamente por el fabricante del coche final, así como por el proveedor, por lo que hay exclusividad con ellos.

Alrededor de un 40% de la producción para Stellantis

Entre las exigencias de los constructores de vehículos se encuentra la de Stellantis, a la que suministran el 40% de su producción, de que en 2038 toda la cadena de valor tiene que ser neutra en emisiones de CO2, algo que si bien puede ser delicado para una empresa que hace estampación, para lo que se requiere mucha energía, Aristi afirma que confía en poder conseguirlo porque ya emplean energía con certificado de procedencia verde.

Edscha Santander. Imagen de archivo.
Edscha Santander. Imagen de archivo.

Santander es el primer centro en España, además del de Burgos, de esta empresa alemana, que en 2010 fue adquirida por la compañía de Paco Riberas —ya tiene 153 años de historia, al haber nacido en 1870, aunque la planta cántabra es de 1978— y que cuenta con 22 plantas productivas en el mundo. Sin embargo, mientras que la cántabra está especializada en vehículos de pasajeros, la castellana lo está en comerciales e industriales.

En esta visita a la planta santanderina por parte de la prensa, en un acto conjunto con Citroën, uno de los aspectos que surgen es la calidad de los coches chinos. En este sentido, Aristi, es tajante y señala que en su compañía «siempre se busca la máxima calidad», con independencia de cuál sea la procedencia del cliente.

Otro de tema de actualidad, aunque ya se ha relajado mucho y no afectaba directamente a Santander —pero sí lo hace cuando paran las factorías de coches— es el de la escasez de semiconductores, de hecho, el responsable de Edscha señala que en los últimos seis o siete meses ha mejorado mucho la situación.

En total, Gestamp, que ya ha recuperado los volúmenes prepandemia, cuenta con 115 plantas en 24 países, además de 13 centros de I+D, en lo que trabajan alrededor de 1.500 personas. Por su parte, Edscha, que en 2022 facturó 1.106 millones de euros, después de hacer 390 de piezas en sus 25 localizaciones en las que hay 5.700 empleados.

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