Esta mañana el director general de Tráfico, Pere Navarro, ha presentado el balance de los últimos cuatro años en la seguridad vial española. Este informe se ha adelantado un poco debido a la convocatoria prematura de elecciones para el próximo mes de julio. Navarro ha calificado este periodo como una «legislatura complicada» — debido a la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis de los microchips —, pero «aprovechada a nivel de seguridad vial».
A pesar de esto, la cifra provisional, con los datos de Cataluña aún por confirmar, de personas que murieron a causa de un siniestro de tráfico en 2022 es de 1.746, lo que supone un descenso de la mortalidad del 1% —nueve fallecidos menos— en comparación con 2019. Aunque el director general quiso poner en contexto estos números indicando que durante el año anterior aumentó un 3% el número de desplazamientos por carretera.
Por otro lado, Navarro también ha señalado durante su presentación que el número de personas muertas en carreteras interurbanas aumentó un 3%, con 34 decesos más. Mientras que en las vías urbanas el número bajó un 8% (476).
Desde Tráfico hicieron un especial hincapié en los usuarios vulnerables, pues estos representaron un 50% del total de las muertes el año pasado. De ellos, 437 motoristas fallecieron, lo que significó una disminución del 6% en comparación con 2019. Sin embargo, la cifra de decesos entre los pilotos de dos ruedas preocupa bastante a la DGT. «Son el 15% del parque y representan el 25% de las muertes», indicó Navarro.
En el desglose de cifras generales en este ámbito, el número de peatones fallecidos bajó un 9% en 2022 (348). El 11% de estos perdieron la vida en la carretera, un tema con el que la Dirección General de Tráfico se mostró también inquieta dado que es una tendencia que va a la alza. Por otro lado, 81 ciclistas y ocho personas que hacían uso de vehículos de movilidad personal murieron el año pasado.
Una legislatura de movilidad y educación vial
Aunque reducir el número de mortalidad siempre es mejorable, cabe destacar que España se posicionó como un referente europeo debido a su baja cifra de decesos, con 37 fallecidos por cada millón de habitantes. Situándose por delante de Países Bajos (42), Bélgica (45), Francia (48), Italia (54) y Portugal (62). Estando por detrás únicamente de Suecia (22), Dinamarca (26) y Alemania (33).
Navarro ha resumido las medidas aprobadas en estos últimos cuatro años. Poniendo especial énfasis en la reducción de velocidad máxima de 100 a 90 kilómetros hora en 10.000 km de carreteras convencionales. Medida que entró en vigor a finales de enero de 2019, y que consiguió reducir ese mismo año un 10% la siniestralidad en comparación al ejercicio anterior.
También destacó la aprobación de la Estrategia de Seguridad Vial 2030, con el objetivo de disminuir un 50% la mortalidad en las carreteras. La reforma de la Ley de Tráfico ha sido otro de los temas que ha comentado, en la cual destaca que no se han aumentado la cuantías económicas de las sanciones y que se han añadido restricciones medioambientales y a los vehículos autónomos (patinetes, bicicletas,…).
Otros de los hitos que el director de la DGT ha incidido son los avances en materia de educación vial. Entre los que se encuentra la aprobación de la LOMLOE, la cual ha supuesto la introducción de la educación vial con objetivos específicos y evaluables en movilidad segura, saludable y sostenible en las etapas de primaria, secundaria y bachillerato; y la creación del Título de Técnico Superior en Formación para la movilidad segura y sostenible.
Apretar los dientes y pedalear más fuerte
En el acto también ha participado Jesus Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, quien ha aportado su visión sobre los retos a los que se enfrenta España para cumplir con el Objetivo Cero (Víctimas) de Tráfico. En este sentido, el experto en seguridad vial ha destacado su preocupación por haber obtenido unas cifras similares a las de 2019.
Monclús ha declarado que a pesar de los avances mencionados, reducir al 50% el número de fallecidos y heridos graves antes de 2030 «es una mala noticia». Asimismo, ha añadido que es preciso «apretar los dientes y pedalear más fuerte», y para ello «es necesario aumentar la implementación de la Estrategia de Seguridad Vial 2030, pero dotándola de algo que claramente le falta: los recursos económicos necesarios para su implementación rápida y completa».
Mar Cogollos, directora ejecutiva de Aesleme y psicóloga, ha estado también en el evento y ha hecho referencia a las medidas que desde la sociedad civil y junto a otras entidades han elaborado y distribuido recientemente entre los partidos políticos de cara a las próximas elecciones generales para que estos las incluyan en sus programas de gobierno y contribuyan a reducir la siniestralidad vial.
