El Gobierno de Brasil presentó el pasado 25 de mayo un paquete de reducciones fiscales para los vehículos que cuesten 120.000 reales (22.103 euros) o menos. Unas medidas que, según sus cálculos, reducirán el precio de venta de estos automóviles en casi un 11%. La reducción «tendrá en cuenta el aspecto social, no habrá descuentos para un coche caro», dijo el vicepresidente Geraldo Alckmin en el palacio presidencial de Brasilia.
Las medidas, según el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ayudarán a impulsar un sector que en los últimos años ha producido menos coches que al final de su anterior legislatura en 2010. En ese año, el país sudamericano ensambló 3.381.728 vehículos. Mientras que, en 2022 consiguió tan solo 2.369.769 transacciones. Según informa Bloomberg, el plan fue bien acogido por los líderes del sector, aunque no garantizan que la reducción sea suficiente para revertir el declive de la industria automovilística.