Hace cerca de tres años, Ford y Volkswagen alcanzaron un acuerdo de colaboración en diferentes materias, una de ellas la electrificación. El nuevo Ford Explorer es el resultado de este trato en donde el del óvalo inicia su nueva era eléctrica con un modelo que parte de la plataforma MEB de la germana concebida exclusivamente para vehículos 100% eléctricos.
Y es que la entidad norteamericana ha realizado una fuerte apuesta por los cero emisiones. Ha completado una inversión de 50.000 millones de dólares a nivel mundial hasta 2026 para superar los dos millones de unidades de este tipo de propulsores en este plazo, correspondiendo 600.000 a este ejercicio. Y, prolongando los planes, confía en que en 2030 supongan más de la mitad de su producción global.
Además, está previsto que, después del Explorer, llegue un segundo exponente de esta nueva familia, que iniciaría su producción a mediados de 2024 para que esta nueva planta alcance un volumen de 200.000 unidades al año. Por el momento no se conoce ni nombre, ni formato, pero todo hace indicar que se trataría de una variante coupé del Explorer recién presentado.
Y es que con este perfil, Ford reinterpreta el concepto de su histórico SUV: ha sido concebido por y para el cliente europeo y mezcla el buen hacer de la ingeniería germana con el inconfundible estilo estadounidense. Pasa por ser algo más que un eléctrico medio, es pieza clave para que la compañía de Detroit alcance sus ambiciosos objetivos en cuanto a electrificación y, además de un diseño rompedor, desde la marca se pretende que también lo sea en su impacto en el público, al que se espera ofrecer con una tarifa inferior a los 45.000 euros.
Diseño con carácter
En su exterior destaca un diseño robusto, con una gran parrilla carenada, pero es en su interior donde ha echado el resto apostando por un estilo moderno y funcional. Destaca una gran pantalla de 15 pulgadas que se puede mover para situarla donde mejor le convenga al conductor y hace la labor de tapa para una más que generosa zona de almacenamiento.
Lo que Ford no ha comunicado todavía es cómo se va a componer su oferta mecánica, solo ha informado que habrá versiones de tracción trasera y total, y que dispondrán de un sistema de carga que podrán pasar del 10% al 80% en unos 20 minutos en una conexión ultrarrápida.
Pero, aunque no hay confirmación oficial, todo hace indicar que la gama podría arrancar con una variante de propulsión que ofrecería una mecánica capaz de llegar a los 170 CV, habría otra opción similar con cerca de 290 CV, mientras que el tope sería una 4×4 que destilaría cerca de 340 CV.
En principio, contaría con 500 kilómetros de autonomía y se beneficiará de una red que da acceso a más de 400.000 cargadores en toda Europa en la actualidad y que está previsto que alcance el medio millón a finales de 2024.
