El CEO de Stellantis, Carlos Tavares, expuso en el Freedom of Mobility Forum su receta para avanzar hacia la descarbonización, que pasa por lograr una movilidad limpia asequible y accesible a toda la población. En este sentido, consideró que la clave es «hacer los vehículos eléctricos más ligeros», algo que se puede conseguir «probando otros materiales, químicas alternativas en las baterías o, una vez haya una infraestructura de carga suficiente, haciéndolas más pequeñas, aunque tengan menor autonomía». El directivo apostó porque esto reduciría el peso de los modelos y «la gente no tendría ansiedad por el rango» si hay una red fuerte.
La primera edición de este evento, impulsado por el propio fabricante tras hacer efectiva este año su salida de ACEA, pretendía dar respuesta al tema «En un mundo descarbonizado, ¿será la libertad de movilidad asequible solo para unos pocos?». La respuesta de Tavares fue clara, además de apostillar que la energía con la que se recarguen los cero emisiones debe ser limpia para lograr el objetivo.
Asimismo, el portugués consideró que «las políticas climáticas no deben ir destinadas a impulsar la competitividad» de ninguna región, sino mantener su principal objetivo de proteger el medio ambiente. En esta línea, el ejecutivo añadió que «el mundo está muy dividido en norte y sur» y que en Occidente se tiende a «buscar una solución y creer que se puede exportar» a cualquier parte.
Electrificación con tiempo
Tavares, que ejerció como representante de la categoría Negocios, estuvo acompañado en el foro por cinco panelistas más que trataron la temática propuesta —en paréntesis, las categorías que representaron—: Temilade Salami, fundadora de EcoChampions y miembro de la SDG4Youth Network de la Unesco (Juventud); Yamina Saheb, analista senior de Política Energética en OpenExp y miembro del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (Expertos Climáticos); Devesh Shah, CEO de Grassroot Trading Network for Women (Trabajo y Diálogo Social); Benjamin Welle, director de Transporte Integrado e Innovación en el WRI Ross Center for Sustainable Cities; y Måns Nilsson, director ejecutivo del Instituto Medioambiental de Estocolmo (estos dos últimos, Sociedad Civil).
Al ser consultado por los recientes movimientos en la Unión Europea en torno a la legislación sobre emisiones, el CEO de Stellantis afirmó que el revuelo ocurrido «no va a cambiar significativamente nada», pues en su corporación están «en camino hacia la electrificación y llegaremos a tiempo». Además, añadió que las decisiones que desembocaron en esto «fueron tomadas hace mucho, en 2014 o 2015». Motivo por el que se congratuló, pues el 100% de reducción de emisiones en 2035 «se ha decidido ahora, en 2023», por lo que ellos se movieron «con el tiempo suficiente».
Apertura tecnológica
Sobre la regulación de los ecocombustibles que la Comisión acometerá, Tavares consideró que será otra tecnología más a desarrollar, pero «la industria deberá demostrar que es climáticamente neutra en su elaboración y uso». Para el portugués, la prioridad es lograr «una movilidad segura, limpia y asequible» y «el futuro dirá si el sector soluciona lo segundo, pero para lo tercero ya existe».
Por su parte, el sueco Måns Nilsson aprovechó este momento para añadir que la citada legislación «no alude a los biocombustibles», algo que, en su opinión, es un error. Así, apuntó al «biogas procedente de aguas residuales», que «tienen mucho potencial», pero «la UE no está permitiendo esta posibilidad».
Ante esto, el directivo automovilístico coincidió en que se pierde «mucho potencial por no regular de forma tecnológicamente neutra», ya que así «se coarta la creatividad y el poder científico». Para concluir con la afirmación: «Ni siquiera los parlamentos pueden prevalecer sobre la física».
Diversidad de temas
El debate entre los panelistas permitió abarcar una amplia variedad de cuestiones con la movilidad como eje central. Por ejemplo, Temilade Salami apuntó a la problemática del acceso al automóvil en África, especialmente entre los jóvenes, y al hecho de que al continente lleguen muchos coches de segunda mano de regiones desarrolladas, dificultando la descarbonización.
Por su parte, Welle citó un estudio para alegar que «la forma más eficiente en costes para solucionar el problema climático es invertir en transporte público y mejores vías e infraestructuras urbanas». A esto Tavares contestó que esa opción de movilidad «ha existido siempre y la gente prefiere los coches» y que «hay que preguntarse por qué se impone el automóvil», a lo que Saheb replicó que «la competición no es justa y la industria hace buen lobby».
Asimismo, Shah puso el foco en las diferencias en el acceso a la movilidad entre la población urbana y rural y en términos de brecha de género, para añadir que «la combustión no desaparecerá», sino que ahora la UE los enviará a regiones menos desarrolladas.
Finalmente, es destacable también la postura de Tavares acerca de la posible escasez de materias primas críticas que puede desencadenar la electrificación. El luso reconoció que «es un problema y la fracturación global no ayuda», pero reflexionó que «aún no sabemos cuáles serán estos minerales». «Ahora domina el litio, pero se están probando químicas y los resultados llegarán a final de la década», vaticinó.
