La dirección de Ford España ha comunicado al Comité de Empresa una propuesta de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que contempla la salida de aproximadamente 1.144 trabajadores de la compañía, un 18% del total, considerando la factoría de Almussafes (Valencia) y la sede de la filial en Madrid, según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes sindicales que han intervenido en la reunión de constitución de la Comisión Negociadora, celebrada hoy desde las 10:00 horas.
Este nuevo expediente llega en un momento en el que la planta valenciana, en la que trabajan unos 6.000 operarios entre las instalaciones de vehículos y de motores, tiene que ajustar plantilla para afrontar, primero, la marcha de las líneas de montaje del S-Max y del Galaxy —sucede a la del Mondeo a finales de marzo de 2022— el próximo abril, que suponen alrededor de un 6% de la cadencia; y, en segundo lugar, de las furgonetas Transit/Tourneo Connect, previsiblemente, en la recta final del presente ejercicio, que representan un 30% de los volúmenes.
En este sentido, el centro solo contará a partir de entonces con la producción del Kuga, que el año pasado consiguió alcanzar alrededor de 153.500 unidades. Con este SUV, que experimentará un rediseño en 2023, Almussafes tendrá que enfrentarse a un periodo valle de baja actividad, de en torno a casi dos años y medio, hasta que arranque el proyecto de electrificación con la implantación de la plataforma GE-2, que se adjudicó el pasado junio, ganando la partida a la fábrica alemana de Saarlouis —se verá abocada al cierre en 2025—.
A tenor de la adjudicación de esa arquitectura, Ford Almussafes ensamblará dos coches cero emisiones, el primero —sería el Mustang Mach-E—, desde la primavera de 2026, y el segundo —se desconoce cuál sería— en 2027, unos plazos más dilatados sobre la planificación inicial, que impidieron que la empresa participara en el primer Perte VEC —contó con una concesión provisional de 106,3 millones de euros—. Esta situaba el inicio productivo, respectivamente, en el segundo semestre de 2025 y a comienzos del curso siguiente.
200 trabajadores en la sede de Madrid
Poniendo el foco en la sede madrileña, que cuenta con una plantilla cercana a los 200 empleados, el ERE también tendrá incidencia, porque del ajuste previsto por la matriz europea de 3.800 personas para los próximos tres años para reducir costes laborales, afectando a personal de desarrollo de producto y administrativo, a nuestro país le corresponderán más de un centenar, como publicó este medio en la edición de la segunda quincena de febrero. Todo ese colectivo no saldrá de las oficinas de Alcobendas, sino que una parte provendrá de Almussafes, que cuenta con unos 80 puestos de los departamentos afectados.
Para abordar las negociaciones de las 1.144 salidas, la dirección, que ha marcado un plazo para llegar al acuerdo de 30 días, ha apuntado que trabajará «conjuntamente y de manera constructiva con los sindicatos para minimizar el impacto de esta decisión en los empleados, sus familiares y la comunidad local», según consta en una comunicación interna. La siguiente reunión será el 16 de marzo a las 10:00 horas.
Dificultad para que todas las salidas sean voluntarias
El sindicato mayoritario UGT ha explicado que se trata de «un volumen de empleos más que considerable, lo que dificulta alcanzar un acuerdo que garantice la voluntariedad del 100% de las bajas a través de planes de acompañamiento hacia la jubilación y bajas incentivadas. Podemos decir que se inicia hoy una negociación más que complicada», sentencia.
Tras este análisis, enfatiza que la empresa «no va a poder pretender, como el excedente es numeroso, abaratar las condiciones de los planes anteriores», sino que «en todo caso lo que procedería es lo contrario, con el fin de buscar el mayor número de voluntarios», una meta en la que tendría que ayudar el hecho de tener «firmado el Acuerdo por la Electrificación».
Por su parte, STM, la otra central sindical con representación, considera que la cifra planteada es «dramática», mucho mayor de la que se esperaba la plantilla, y adelanta que confían en «que las condiciones sean beneficiosas para que la gente se pueda presentar como voluntaria», una línea roja para esta formación, que se muestra partidaria de alcanzar un pacto, aunque en el pasado no pudiera ser.
Tres ERE en Ford España desde 2020
El ERE, que será el tercero en cuatro años —se ejecutó uno pactado sobre 350 personas en mayo de 2020 y otro sobre 630 en abril de 2021—, se ha empezado a negociar cuando las instalaciones levantinas tienen en vigor un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) hasta el 30 de junio de 2023, que permite dejar sin actividad a una media de hasta 700 operarios diariamente —en las últimas fechas solo estaban siendo unas 150—, bajo el criterio de que a ningún empleado se le apliquen más de 70 jornadas en el periodo. Esta regulación es mayor intensidad que las precedentes —solo en 2022 se recurrieron a otras cinco—, toda vez que en montaje de coches implica que el Sistema B (Kuga y Connect) solo funcione de mañana.
El escenario de ajuste de fabricación en las naves de vehículos convivirá con otro en las de motores, donde se cuenta con una plantilla de 1.1000 efectivos, que sufrirá una pérdida progresiva a partir de 2024 de los Ecoboost 2.0 y 2.3 que se exportan a Norteamérica, que equivalían a un 90% de la actividad hasta que llegó, primero en mayo de 2021, la fabricación del propulsor 2.0 GDI de gasolina que lo equipan las furgonetas Connect para el continente americano —este producto se seguirá haciendo hasta el fin de vida de los comerciales en Valencia—, y, posteriormente, el pasado septiembre la de la mecánica de gasolina para modelos híbridos 2.5 Duratec para Europa.
Esta última mecánica, cuya asignación se hizo efectiva en marzo de hace dos años, garantiza la continuidad de las instalaciones, al menos, hasta 2030, cuando Ford solo comercializará en el mercado europeo coches 100% eléctricos. Fruto de ese horizonte, la planta valenciana tendría que buscar una alternativa de carga de trabajo en los próximos cursos, que podría estar relacionada con el ensamblaje del conjunto motriz de los cero emisiones, contemplando el battery pack.
Los sindicatos son conscientes de la complejidad que existe para ganar nuevos proyectos, teniendo en cuenta que en Europa actualmente operan cuatro plantas de motores y, en principio, no habría para todas actividad a partir de la próxima década por la decisión estratégica del constructor estadounidense de centrarse exclusivamente en la región en los modelos a pilas.