El presidente de Seat SA, Wayne Griffiths, ha destacado que la agrupación empresarial Future: Fast Forward (F3) que lidera su compañía junto al Grupo Volkswagen y que tiene previsto desarrollar una cadena de valor completa del vehículo eléctrico en España va a tener «un impacto social, a partir de la inversión movilizada de 10.000 millones de euros, de más de 145.000 puestos de trabajo», considerando tanto el mantenimiento como creación de empleo en el ámbito productivo, administrativo y comercial.
En un acto en Madrid para presentar en sociedad el proyecto industrial en el que participan un total de 62 socios, en el que la apertura institucional corrió a cargo de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el directivo añadió que la economía española se beneficiará, además, de una aportación estimada «de más de 2.400 millones en impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social».
«España debe ser líder en sostenibilidad industrial», expuso el ejecutivo, quien hizo, a partir de ese objetivo, «un llamamiento a otras compañías del sector para que impulsen otros proyectos, aunque sean de la competencia». No obstante, dejó claro que la situación actual del país para abordar la transformación hacia la movilidad electrificada y sostenible no es las más apropiada, porque «un mercado por debajo del millón de coches y menos de un 10% de eléctricos es incompatible con llegar a ser un hub industrial en Europa».
En este sentido, urgió a la ministra, hablando «como presidente de Anfac», a que «sea más sensible a las propuestas del sector para tener una fiscalidad atractiva», puesto que «puede ayudar al desarrollo de los VE». Así, le planteó que bastaría con lanzar incentivos similares a otros países como Alemania, Francia o Portugal, que tienen el doble de cuota de mercado en tecnología cero emisiones. «España es el segundo productor europeo y noveno mundial y no podemos perder la posición de privilegio», insistió.
Por lo demás, aseveró que el Perte VEC es «bueno pero no suficiente», y que lo que se requiere es que «el Gobierno se comprometa a que el coche sin emisiones es parte de la solución, no el problema», por lo que, «en lugar de demonizar» el vehículo privado, «necesitamos ayudas para democratizar la movilidad».
«Salto cuantitativo y cualitativo de la demanda de coches eléctricos»
Ante la exposición del presidente de Seat, la ministra de Hacienda, que declaró que F3 es «un sueño hecho realidad» con «datos sencillamente espectaculares», contestó que el Gobierno tiene «un compromiso firme con el sector». «Somos conscientes de lo difíciles que han sido los últimos años y el sufrimiento que ha padecido la industria por la falta de componentes electrónicos y el coste de las materias primas que ha provocado que las ventas no hayan recuperado los niveles prepandemia», sentenció.
A continuación, destacó que «en los últimos años hemos venido desplegando incentivos y ayudas para superar la situación, como la activación del Moves con más de 626 millones y que ha llegado a 18.000 usuarios». «No es suficiente, pero la línea es la de seguir impulsando», apostilló.
Además, más allá de los fondos movilizados en I+D por el CDTI, declaró que «sin duda el protagonista es el Perte VEC, que nos va a permitir dar el salto cualitativo en la industria». Sobre la segunda convocatoria, indicó que «vamos a flexibilizar el tiempo de ejecución y favorecer el acceso al tejido productivo para que la gincana que habitualmente tienen los programas públicos sea más sencilla».
Un aspecto donde reconoció que es «imprescindible mejorar» es en el de la infraestructura de carga. Montero, tras apuntar que «estamos lejos de cumplir el objetivo de 100.000 puntos para este 2023», declaró que «tenemos que redoblar esfuerzos», eso sí, no enunció ninguna medida adicional para ello.
Uno de los focos de futuro, expuso, es que «hay que democratizar la movilidad eléctrica» y con tal fin confió en que los coches que se van a producir en el marco de F3 —cuatro en total: un Cupra y un VW en Martorell y un VW y un Skoda en Pamplona— sean los que «estamos persiguiendo para que la adquisición no dependa tanto de la capacidad económica de la familia. En el momento que la tecnología sea accesible a la clase media se va a dar el salto cuantitativo y cualitativo de demanda», concluyó.
