Se confirma el annus horribilis en la industria automovilística europea. A pesar de que diciembre, con 896.967 matriculaciones y un +12,8%, supuso el quinto mes consecutivo en positivo —y el tercero a dobles dígitos—, las caídas de las primeras siete estadísticas de 2022 fueron un lastre demasiado grande. El ejercicio concluyó con 9.255.930 entregas, un retroceso del 4,6% y, peor aún, la cifra más baja desde 1993 (9.153.803 operaciones, aunque contando solo los 14 países que entonces conformaban el espacio comunitario, excluyendo a Reino Unido).
Por su parte, el diagnóstico de España es igualmente preocupante. Las 813.396 transacciones suponen un descenso interanual del 5,4% frente a las 859.477 de 2021, pero, si se amplía el cotejo a 2019, es el tercer territorio que más volumen se ha dejado por el camino, un 35,36%, pues entonces se registraron 1.258.260 vehículos. Nuestra nación solo es superada por dos con un tamaño de mercado y peso del sector muy inferior: Lituania (-45,02%) y Eslovenia (-36,7%).
De hecho, es el país del top 4 que más se ha contraído desde el estallido de la Covid. Le sigue Italia, octava en este ranking y que ha pasado de 1.916.320 rúbricas en el curso prepandémico a 1.316.702 en el recién concluido (-31,29%). Francia es novena, evolucionando de 2.214.279 unidades a 1.529.035 (-30,95%). Por su parte, Alemania es la que mejor ha aguantado la crisis sanitaria, reduciendo de 3.607.258 transferencias a 2.651.357 (-26,5%) en el mismo periodo.
Una situación arriesgada
Este bronce de dudoso prestigio para España ha alertado al director general de Anfac, José López-Tafall, que en una publicación de LinkedIn valoró que «hay problemas de oferta, pero esos problemas son comunes para toda Europa y no justifican la evolución diferencial» de nuestra nación. Además, añadió que «es una situación arriesgada para un país donde la automoción emplea, de modo directo e indirecto, dos millones de personas, y es uno de sectores puntales de nuestra industria, no precisamente el fuerte» del territorio.
El dirigente de la patronal de los fabricantes española consideró «prioritario recuperar un mensaje positivo hacia el automóvil» y pidió que «se defienda más activamente que en la nueva movilidad también el vehículo privado limpio ha de tener un papel muy relevante y es parte de la solución». Para ello, propuso «trabajar juntos hacia la descarbonización, pero con el vehículo limpio como una opción, y no como un castigo».
Muchos escollos
Volviendo a 2022, lo cierto es que el batacazo en las matriculaciones de la Unión Europea se venía augurando desde los primeros compases del curso. El contexto invitaba a ello, más aún cuando a la escasez de semiconductores y los efectos de la pandemia persistentes se les sumaron las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania. Al conflicto bélico pronto le acompañaron la inflación, los costes energéticos disparados, las disrupciones en la cadena de suministros…
Todo ello propició que se encadenaran siete meses en negativo, particularmente pronunciados en marzo (-20,5%) y abril (-20,6%). La racha en ascenso del final no ha servido para revertir la situación y, a pesar de que el -4,6% puede parecer un daño mínimo en comparación con las perspectivas iniciales, lo cierto es que el volumen de 2021 (9.700.095) ya era, de por sí, bajo. Si el cotejo se realiza con 2020 —el año de la crisis sanitaria, con los concesionarios cerrados durante meses—, la caída es del 6,9%; si se hace con 2019, a nivel comunitario el mercado se ha reducido, desde el estallido de la Covid, un 28,96%.
Alemania logró salvar el curso
Por países, destaca el acelerón final de Alemania en diciembre, cuyo sorprendente +38,1% y sus 314.318 peticiones propiciaron que terminase 2022 en verde (+1,1%). No así el resto de grandes mercados, en los que España consiguió la menor contracción (-5,4%), aunque, como se ha analizado anteriormente, es el que más volumen ha perdido desde la pandemia y, es más, es el que menos unidades mueve. Francia cedió un 7,8% e Italia, un 9,7%, salvando con su alza del último mes (+21%) el retroceso a dos cifras que ha experimentado a lo largo del ejercicio.
Solo nueve Estados concluyeron el año en positivo, algunos de forma residual, como Irlanda (+0,3%) o los germanos, pero otros de forma pronunciada, como Bulgaria (+16,9%) o Letonia (+16,5%). Completan la lista Chipre (+9,4%), Rumanía (+6,7%) —que, tras protagonizar algunos de los ascensos más marcados del curso, se desinfló en la recta final—, Portugal (+6,6%), Grecia (+4,3%) y Eslovaquia (+4,1%).
El podio de fabricantes, inalterable
En el análisis por fabricantes, el mes de diciembre fue positivo para todos salvo cuatro: Honda (-10,3%), Stellantis (-6,6%), Jaguar Land Rover (-3,2%) y el Grupo Hyundai (-1,9%), cuya presencia en esta cara de la moneda sorprende, tras su rendimiento a lo largo de 2022. Las tornas cambian en los registros globales, donde solo tres corporaciones asiáticas reportaron mejores datos que hace dos ejercicios, sin contar el +0,01% de Mercedes-Benz: Toyota (+9,9%), la ya citada japonesa (+4,4%) y la coreana (+2,6%).
No obstante, esto no sirve para alterar el podio, que comanda con firmeza el Grupo Volkswagen, ayudado por su ascenso del 19,7% en diciembre. Con 2.321.030 entregas en el cómputo del curso (-5,2%), ostenta una cuota de mercado del 25,2%, tan solo 0,1 puntos menos que en 2021. En la plata continúa Stellantis, con 1.823.725 matriculaciones (-14,1%) y un control del 19,7% (2,2 puntos menos).
El podio lo cierra el Grupo Renault, gracias a sus 984.558 operaciones (-4,3%), que le otorgan una porción de negocio del 10,6%, exactamente la misma que hace dos años. No obstante, el Grupo Hyundai le ha presentado batalla a lo largo de los últimos 12 meses, llegando a arrebatarle el bronce en tres ocasiones (abril, mayo y agosto). Aunque se ha tenido que conformar con el cuarto puesto, con 849.580 unidades y una cuota del 9,2% (+0,7 puntos), la distancia entre ambos se estrecha, pasando de 200.473 vehículos en 2021 a 134.978 este 2022.