La apuesta de la Unión Europea por la descarbonización es firme y, tras aprobar el objetivo del 100% de reducción de emisiones en vehículos ligeros nuevos, la electrificación es el camino elegido para ello en lo referente al transporte de pasajeros, a la espera de ver el recorrido de la propuesta legislativa de la Comisión sobre los combustibles neutros. Por tanto, era de esperar que a la citada regulación le sucedieran otras para complementar la transición a la movilidad cero emisiones y sostenible.
Al Reglamento AFIR sobre infraestructura de recarga, en la fase final de los trílogos, le ha seguido ahora el acuerdo entre el Consejo y el Parlamento comunitarios sobre la nueva legislación relativa a las baterías. Aunque alude a todo tipo de pilas —además de las de vehículos eléctricos, las portátiles, las SLI (para el arranque, el alumbrado o el encendido de automóviles), las industriales o las LMT (medios de transporte ligeros)—, conllevará importantes modificaciones para el sector.
Así, el principal cambio de esta actualización normativa —ya existe una directiva de 2006 y un reglamento de 2019— es que abarca toda la vida útil de estos componentes, desde el diseño hasta el tratamiento de residuos. Para empezar, todas las baterías incorporarán...
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