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Citroën Oli, la visión al familiar del futuro: eléctrico y sostenible

Citroën propone con el Oli un diseño disruptor que se guía por dos principios: el ahorro, con unos materiales que lo hacen más ligero y permiten consumir menos energía; y la economía circular, con elementos idénticos, intercambiables y reciclables.

Citroën Oli, la visión al familiar del futuro: eléctrico y sostenible
El Oli es un anticipo a la nueva identidad de marca que propone Citroën.

La propuesta de Citroën con el Oli — transcripción fonética de All-ë— es un concept car que sirva como banco de pruebas de cara a anticipar el vehículo familiar del mañana. Un futuro en el que hay dos aspectos que serán cruciales: la electrificación y la sostenibilidad. En el primer plano, es evidente que el Oli está propulsado 100% con baterías. Cuenta con una autonomía de hasta 400 km y alcanza una velocidad máxima de 110 km/h. En cuanto a su velocidad de recarga, el modelo ofrece pasar del 20% al 80% en tan solo 23 minutos.

Respecto a la sostenibilidad, lo que destaca a primera vista es su diseño disruptor, motivado por dos principios. Por un lado, la elección de componentes está guiada por la búsqueda de ligereza, lo que permite un peso de menos de 1.000 kg y, por ende, un consumo de 10 kWh a los 100. Por otro, se prioriza la economía circular mediante el uso de materiales reciclados y de elementos como las puertas delanteras o los parachoques, que son idénticos, intercambiables y reciclables.

El fabricante francés ha querido apostar por este prototipo como forma de presentar su nueva identidad de marca, en la que, como afirmó su CEO, Vincent Cobée, «el futuro es trabajar para preservar los recursos». Y es que, según afirma Citroën, desde los años 70 la masa media de los coches del segmento C se ha incrementado en más de 500 kg, dando lugar a modelos familiares cada vez más pesados, complejos y caros.

Nueva identidad de marca

Este «laboratorio sobre ruedas» incorpora el nuevo logo —bajo el cual se encuentra la toma para recargarlo— y algunas funcionalidades que podrían ir asomando en los próximos lanzamientos de mercado, como es la siguiente generación del C3.

Por ejemplo, en el primer vistazo destaca el parabrisas frontal, en un pronunciado ángulo de 90º. La razón detrás de esta elección se encuentra en que así se ahorran materiales y, además, la ausencia de inclinación hace que reciba menos rayos UV, por lo que el coche se calienta menos y, junto a las aperturas laterales, permitirá no tener que recurrir tanto al aire acondicionado. El techo, el capó y la zona de carga están hechos de un nuevo compuesto llamado honeycomb (nido de abeja en inglés), un tipo de cartón de menos peso, sin sacrificar resistencia.

En el interior, los asientos son de malla, inspirados en la ergonomía de las sillas de oficina. El Oli prescinde de todo sistema de infoentretenimiento y, en su lugar, propone un travesaño simétrico que hace las veces de salpicadero, con puertos USB a los que se pueden enchufar dispositivos personales como smartphones —cuentan con un soporte específico— o altavoces. La columna de dirección, el volante y los cinco interruptores de la climatización también están integrados en este componente. Finalmente, por detrás y por debajo del travesaño se halla una plataforma de almacenaje hecha de BASF Elastollan, un tipo de poliuretano termoplástico (TPU) impreso en 3D con soportes flexibles para objetos.

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