Volvo es uno de los fabricantes automovilísticos que más ambición está demostrando hacia la transformación a la electromovilidad y con su hoja de ruta para neutralizar la huella de carbono en el conjunto de sus operaciones. Una estrategia que va más allá de su propia actividad industrial y comercial, sino que también tiene un componente de buscar el cambio social entre los ciudadanos, para que la sostenibilidad se convierta en el motor de las decisiones de sus vidas.
Con esta pretensión, el fabricante sueco ha puesto en marcha Volvo Studio, una iniciativa organizada por la matriz europea de la compañía, que ya se ha desplegado, entre otros países, en Suecia, Alemania y Portugal, y que ahora acaba de aterrizar en España, en Madrid, como único emplazamiento elegido.
La acción de concienciación, que persigue al mismo tiempo aumentar el conocimiento de la marca entre los consumidores, se desarrolla entre el 17 y el 22 de mayo en el parking de superficie que está justo enfrente de El Corte Inglés de Nuevos Ministerios en el Paseo de la Castellana, con un horario de 12:00 a 20:30.
Allí, el espacio habilitado acoge una flota de vehículos de la gama Recharge 100% eléctrica de Volvo, que se compone, en estos momentos, de dos modelos, el C40 y el XC40, para poder hacer pruebas de conducción. Las personas interesadas en conocer de primera mano esta tecnología pueden hacerlo reservando su plaza a través de una web o incluso in situ. Los test se harán con un conductor especialista que irá explicando las ventajas de la movilidad cero emisiones.
Aparte de esta actividad, se han organizado tres talleres divulgativos, uno llamado Cómo te mueves, en el que se analiza la implantación del VE con un objetivo claro de demostrar las ventajas sociales y económicas de esos modelos; otro Cómo comes, en el que la nutricionista cubana Imara Herrera enseña hábitos saludables de alimentación y para no malgastar la comida; y otro Cómo te vistes, en el que la creadora de la firma de moda sostenible Uttopy, Inés Echevarría, busca concienciar sobre el fuerte derroche y la contaminación que genera la industria de la ropa, aportando datos al respecto, como que de los más de 100.000 millones de prendas que se producen cada año un 30% no se llega a vender y se incinera.
